Los SuperHumanísticos

El lado humano de la industria
Lilia Jasso.
Febrero 16, 2024
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Quienes nos dedicamos los Recursos Humanos, sabemos lo desafiantes que pueden ser los vertiginosos cambios tecnológicos, pero nuestro principal elemento de trabajo sigue siendo el componente más valioso, impredecible, espontáneo y necesario de la empresa: las personas. 

Laurent Daillie, formador y autor del libro “La Logique du Symptôme” (La lógica del síntoma), dijo “Por mucho que seamos mujeres y hombres muy modernos del tercer milenio, seguimos funcionando, desde lo más profundo de nosotros mismos, según leyes muy viejas y totalmente arcaicas con un único objetivo: sobrevivir tanto tiempo como sea posible adaptándonos a la presión del entorno”. (2014)

Alegría, confusión, asombro, deseo, tristeza, compasión, ansiedad, envidia, asco, miedo, satisfacción, nostalgia, entre otras, son esos elementos que llevamos con nosotros cada vez que abrimos la puerta de acceso a la oficina, que checamos la entrada por la mañana, que saludamos al compañero de al lado “¡Buenos días!”, luego hacemos una mezcla inconsciente de lo que cada uno de nosotros vive en su entorno personal, con la influencia de cómo estuvo el café de la mañana, si es que lo hubo, con la última discusión con los hijos, con la esposa o los padres, el pago de las colegiaturas y un largo etcétera y comenzamos esa convivencia casual con otras 10, 50, 100, 1200 o más personas, además de todas las situaciones que pueden aparecer por el estrés operativo del trabajo mismo; entonces, del resultado de esa convivencia surgen las complejas relaciones laborales. 

A este punto, parece todo, menos sencillo, estar preparados como expertos de los Recursos Humanos para enfrentar los diferentes escenarios y salir victoriosos, lograr que la paz reine, que todos ganemos, que se haga justicia y prevalezca la verdad. Parecería, más bien, un trabajo de super héroes, ¡sí, este es un trabajo para Los SuperHumanísticos! Personajes que no llevan capa, pero que respiran profundo, se acomodan la blusa o la camisa, mientras la jalan de los extremos hacia abajo, solo porque de ninguna manera son unos impresentables, y caminan con pasos firmes a enfrentar los conflictos, los enojos, los chismes o cosas más serias, como un posible acoso, abuso de poder o de posición, sin importar las jerarquías, armados con su conocimiento, el reglamento interno de trabajo, su paciencia, sus principios y su valentía. 

 

Imparcialidad

Caso curioso es que Los SuperHumanísticos también son humanos y por muchos libros de inteligencia emocional que hayan tomado en sus manos, siempre hay algo que puede amenazar al conjunto de los super poderes, así, no es tan sencillo lograr la imparcialidad. Ser imparcial implica salirse de los prejuicios y un sentido de justicia que no sabe de jerarquías. 

Comunicación

Comunicar parece un acto tan natural, porque obedece a una necesidad primaria que los humanos hemos hecho evolucionar a través del tiempo, pero puede que en los intentos de inventar formas cada vez más sofisticadas de comunicación, también nos hayamos complicado su funcionalidad y si un extraterrestre nos visitara, se asombraría de las torpezas de las que somos capaces las personas cuando se trata de comunicarnos. 

Prevención

Todas las reglas escritas existen, lo que no está escrito no existe, todos los esfuerzos por mejorar e innovar en los procesos, son útiles y la inducción, que tiene un impacto directo en la experiencia del colaborador, se debe reforzar en diferentes momentos del año, no solo para los colaboradores de nuevo ingreso. SuperHumanístico que logra la imparcialidad, comunica y previene, evita su propio burnout.

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