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CEO: Las regulaciones y uso de la Inteligencia Artificial (AI).

Divirtualigente
Octavio Fernández.
Marzo 11, 2024
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El liderazgo dentro la organización, es crucial reconocer y abordar con sabiduría los desafíos planteados por uso y la regulación de la inteligencia artificial (IA) y la Maquinas que Aprenden (ML). La IA ha evolucionado más allá de las aplicaciones en redes sociales, y su presencia en todas las áreas de industria y la vida cotidiana plantea interrogantes cruciales sobre cómo debemos gestionar y regular estas tecnologías innovadoras en la empresa.

En un escenario cada vez más complejo e interconectado, surge la interrogante crucial: ¿es viable regular incluso las líneas de código que ejecutan tareas aparentemente simples, como una suma en una calculadora? ¿O es obligatorio regular la programación y los algoritmos para tareas especializadas en los procesos automatizados dentro de la fábrica, así como los códigos de línea para el proceso de cálculos matriciales destinados a la detección de fraudes o desviaciones en la entrada y pagos de facturas vía IA? La reflexión se intensifica al considerar la regulación en áreas críticas, como los procesos administrativos y financieros de empresas o entidades públicas, así como en la ambiciosa meta de crear algoritmos más complejos capaces de identificar anomalías o de desarrollar nuevos modelos más complejos para descifrar enigmas como el genoma humano. ¿Esto debe ser Regulado a Auto-Regulado?

Estas preguntas trascienden el ámbito técnico para adentrarse en el terreno normativo y ético. Se plantea el desafío de establecer regulaciones efectivas y necesarias, abarcando desde las tareas más comunes hasta las innovaciones de vanguardia, como la integración de algoritmos de inteligencia artificial con procesos de autorregulación ética. La complejidad se agudiza al considerar quiénes serían los responsables de estas regulaciones y cómo se llevarían a cabo, evidenciando la urgencia de abordar este dilema en el contexto dinámico de la evolución tecnológica.

En nuestra actualidad, las aplicaciones de IA son esenciales para mejorar la calidad de vida. Desde sistemas de navegación que optimizan nuestras rutas hasta algoritmos que facilitan transferencias financieras digitales, estas herramientas, modeladas por matemáticos y desarrolladores tecnológicos de IA, juegan un papel fundamental en la eficiencia y el bienestar de la vida del hombre.

Al reflexionar sobre el uso de la IA, surge la importancia de los valores y la ética. Así como alguien puede utilizar una herramienta de corte tanto para cocinar como para dañar, la inteligencia artificial y las máquinas que aprenden pueden ser beneficiosas o perjudiciales dependiendo de cómo se empleen. La responsabilidad recae principalmente en los valores individuales, la regulación ética y, posteriormente, en la autorregulación incorporada en los algoritmos y programas de IA.

Uno de los temas álgidos es la creación de informaciones falsas mediante el uso de la IA, especialmente en las redes sociales. ¿De quién es la responsabilidad? ¿Del programa o del usuario? Es evidente que la mayor responsabilidad recae en el usuario. Es fundamental, por lo tanto, abordar este problema desde una perspectiva ética y educativa, más que tecnológica.

En términos de regulación de la IA, el enfoque ético del uso de la IA es más crucial que en el desarrollo propio de los algoritmos de la IA. Ningún tecnólogo busca crear sistemas que impacten negativamente en la vida humana. Por lo tanto, la regulación debe centrarse en guiar a las personas hacia el uso ético de estas herramientas de IA bajo regulaciones. Por lo tanto, la libertad tecnológica es un derecho de la humanidad que debe ser protegido, permitiendo el desarrollo continuo del proceso cognitivo.

En resumen, como líderes y usuarios, debemos abrazar la autorregulación ética, promoviendo valores positivos en el uso de la inteligencia artificial y participando activamente en la creación de estándares éticos que beneficien a la humanidad. La libertad tecnológica debe ir de la mano con la responsabilidad ética para garantizar un futuro donde la IA contribuya de manera constructiva a nuestra sociedad y eso es lo importante.

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