Vivimos tiempos extraordinarios para el sistema nacional de educación superior en México y su relación con el sector industrial con necesidades urgentes de innovación y creatividad.
En este momento, es absolutamente claro que nuestro nuevo Gobierno Federal tiene las mejores intenciones de mejorar el país al abordar la corrupción como primer paso, pero aún no está completamente claro las acciones que impulsarán el cambio, y eso también se extiende a la educación superior.
Por un lado, el nuevo Gobierno ha prometido ofrecer nuevos criterios para la investigación y el apoyo científico, aunque no se han presentado oficialmente pautas precisas para la financiación de la investigación.
Hasta ahora, los esquemas de financiamiento científico conocidos como fondos mixtos, se han cerrado oficialmente al anunciar nuevos esquemas de apoyo que deben proporcionar una mayor aceleración para el proceso de generación de conocimiento. Luego, el Consejo Nacional Mexicano para la Ciencia y la Investigación, conocido como CONACYT, también comenzó el proceso para cambiar su nombre e incluir una referencia clara a las ciencias sociales y las humanidades, cambiando al nuevo nombre CONAHCYT. El esfuerzo parece ser inclusivo y, hasta ahora, ha sido bien recibido por la comunidad científica.
Por otro lado, en la mayoría de los programas de educación superior han aparecido nuevas solicitudes para asegurar la inclusión de conceptos como innovación, creatividad e interacciones con la industria. Las señales claras de tal movimiento se pueden ver diariamente en los periódicos y revistas, ya que muchos más estudiantes y recién graduados aparecen en las primeras páginas después de ganar premios a la innovación o simplemente introducir nuevos dispositivos o concepciones para resolver diferentes tipos de problemas, desde la supervisión de los sistemas de autobuses públicos. Hasta detectar infecciones peligrosas mediante el seguimiento de la ropa femenina.
Si bien la opinión común de que los ahorros en los presupuestos son el terreno común para el dinero público, también es un consenso de que invertir en educación superior es fundamental para asegurar un crecimiento exitoso para nuestro país. Nadie puede negar que el impacto profundo de las universidades públicas es desarrollar talento para el sector productivo. Su influencia es tan alta que cada compañía debe mostrar una conexión cercana con las universidades locales antes de atraer nuevas inversiones o nuevos proyectos.
Los desafíos que anuncian tiempos extraordinarios están, pues, ante nuestros ojos. Todos los actores en nuestro ecosistema económico, deben contribuir a encender todos estos cambios en la dirección correcta para nuestro país. Al igual que el sector industrial busca nuevos productos innovadores con contribuciones claras para el bienestar en medio de la idoneidad económica y financiera, las puertas para inscribir a jóvenes estudiantes con talento y graduados del sector de educación superior deben permanecer abiertas. Dicha apertura apunta a asegurar un codesarrollo de nuevos agentes para el cambio. Dicha colaboración significa compartir ideas, fuerzas de trabajo y compromisos con universidades y académicos. Por otro lado, nosotros, los académicos, debemos superar los discursos sobre innovaciones e incluirnos en el desarrollo de equipos que coactúen de manera efectiva con miembros industriales. Dicha colaboración requiere elementos clave como confianza, honestidad, mecanismos claros en la toma de decisiones y actitudes positivas para impulsar los mejores intereses para nuestros estudiantes y para el desarrollo de los sectores industriales.
Este
terreno común ha preparado los cimientos para una colaboración obligatoria
desde ambos lados del pasillo. Si bien las universidades y las instituciones
superiores tienen ahora una visión clara de que el futuro de la financiación de
la investigación reside en esquemas compartidos entre la financiación privada y
pública, el sector industrial también ha identificado la conveniencia positiva
de obtener un impulso de las instancias académicas. Estamos aquí para ayudar
también.
