Es inquietante cómo hoy en día, en medio de una era globalizada, después de décadas exitosas donde el comercio internacional fluía como agua en río, hoy estemos atravesando la peor crisis de logística mundial. Pero, ¿por qué está sucediendo esto?, ¿qué es lo que ha pasado?, ¿y qué se pronostica en los siguientes meses?
Pues empecemos por destacar que el transporte marítimo mueve el 80% del consumo mundial y el 25% de las importaciones mundiales salen de China. Con este antecedente, revisemos los factores que han intervenido a nivel mundial. La primera es muy obvia: la pandemia. El primer foco rojo fue el paro de operaciones de la denominada “fábrica del mundo”, China; lo que marcó el inicio del retraso en la producción de mercancías, seguida por la escasez de contenedores, el sobreconsumo en EE.UU., la alarmante escasez de chips, el bloqueo del Canal de Suez en marzo, así como nuevas olas del virus que propiciaron el cierre de puertos principales por brotes de Covid-19, más los habituales problemas de las inclemencias climáticas que se han ido intensificando debido al cambio climático y que están comprometiendo las operaciones portuarias.
Esto significa que las tarifas de reserva de contenedores se mantendrán altas y los tiempos de entrega podrían extenderse aún más, ya que las navieras continúan la estrategia de blank sailing, que es la práctica de modificar rutas o paradas ante la disponibilidad de buques/contenedores o congestión en algún puerto en particular, provocando menos salidas o viajes más largos.
La recomendación ante esta crisis, que parece no tener una pronta resolución, va desde analizar los pronósticos de ventas, planeación, inventarios; ser muy conservador en sus promesas de entrega ya que, en este momento, todo puede pasar con las reservaciones de contenedores y tiempos de tránsito; explorar nuevas alternativas de proveeduría de materiales, es decir, no poner todos los huevos en una canasta: repartirlos en varios proveedores en diferentes países de ser posible, acercarse con su asesor de logística para que puedan prever soluciones anticipadas ante las diversas problemáticas que se enfrentan en este momento.
Y, por último, recuerden siempre que en la logística internacional todo puede pasar con la gran cantidad de eslabones que participan en ella y, ante esto, la mejor estrategia que puedo recomendarles es llevar un seguimiento y monitoreo continuo de todo lo que sucede tanto en los países en los que operan como con las mercancías y bienes que se manejan para que puedan reaccionar a tiempo y tomar siempre las mejores decisiones desde una posición bien informada.
