Las importaciones estadounidenses de productos provenientes de China siguen a la baja. Según datos expuestos por la coordinadora de Fomento al Comercio Exterior (Cofoce) Guanajuato, las compras chinas han disminuido 6% en el primer semestre del año, comparado con el mismo periodo de 2022.
Esto también puede confirmarse en los datos de la Oficina de Censo de Estados Unidos, que registró un total de 275,789 dólares en bienes importados de China en el periodo enero agosto de 2023, diferencia notoria con los 301,997 del mismo periodo 2022; es decir, 9% menor.
Lo anterior contrasta con los 316,708 millones de dólares de importaciones de bienes que esta oficina gubernamental registró de México también entre enero y agosto, un crecimiento de 5% frente a los 302,000 millones registrados en el mismo periodo de 2022.
Una buena noticia
Esto ya representó un cambio en el origen de importaciones estadounidenses, pues pone a la cabeza a México y deja atrás a China, que en 2022 había totalizado más de 536,000 millones de dólares de importaciones de bienes, frente a 454,700 de México.
Si bien no deja de representar una buena noticia para la manufactura de exportación en México, quedan muchas dudas por resolverse con respecto a lo que esta ventana en el tiempo del comercio internacional podría representar.
En los últimos meses, en prácticamente cualquier foro industrial el tema central ha sido el “nearshoring”, que dicho por algunos de los mismos exponentes del tema, “ya lo vemos hasta en la sopa”.
Muchas preguntas
Pero, tras este manto de ideas y datos generados a raíz de la reconfiguración de las cadenas productivas y comerciales en el mundo, en México existen muchas preguntas sobre la tarea por hacer.
Más de 90% de las empresas nacionales son Pyme, muchas de las cuales no necesariamente están preparadas para incorporarse en las cadenas productivas. En el sector de automóviles, los clústeres ya conformados están luchando por generar la capacitación y los mecanismos para convertirse en proveedores nacionales los que fortalezcan las cadenas de suministro, pues de no hacerlo, serán empresas extranjeras las que vengan a tomar esos lugares.
Por otro lado, la disponibilidad de parques industriales para recibir nuevos jugadores que sirvan como tractoras de desarrollo industrial y económico está casi agotada, sumado a la carencia de gas y agua en algunas de las localidades clave.
Apoyo financiero
Existen otros temas que tendrán que resolverse, como la carencia de mano de obra calificada en muchas especialidades, el apoyo financiero a empresas que requieren de una reconversión tecnológica, el desarrollo urgente de infraestructura y aspectos relacionados con la seguridad;,por mencionar algunos.
No obstante, el más importante será el de desarrollar una política industrial que apoye el desarrollo de áreas claves de la economía que permitan que en el país se aproveche al máximo esta tendencia.
Talón de Aquiles
La caída de las exportaciones chinas a Estados Unidos seguirá jugando en favor de México, pero aún no queda claro (talón de Aquiles de la política pública) cuál es la macro estrategia por seguir. Muchos industriales, principalmente en el extranjero, lo identifican este periodo como “El Momento Mexicano” (The Mexican Moment).
Ahora, es urgente entender este momento, pero más apremiante resulta que industria, academia y gobierno, coincidan en esta ventana de oportunidad y pongan “manos y mente a la obra”.
