Ante el crecimiento industrial de la zona Bajío, el riesgo en el transporte de carga es mayor, aunado a las afectaciones por la pandemia, por ello, centrarse en el papel que juegan las personas en la cadena de suministro y seguridad es lo más adecuado para hacer frente a este y otros problemas.
Edgar Chaparro Medina, gerente de Ingeniería de Riesgos, en Zurich Cia de Seguros, S.A., manifestó que el personal deberá contar con características de confiabilidad y ética impecables a fin de operar sin riesgo alguno.
“Las iniciativas predictivas de gestión de riesgos en la cadena de suministro de cada empresa, hoy en día son indispensables, pues con esto se previenen aspectos como escasez de abastecimiento, gestión de eventos –como lo ocurrido con la pandemia–, problemas de salud global, tecnología y cambios geopolíticos, pero es un alivio que al menos algunas compañías ya están pensando en cómo invertir en tecnología y equipos”, comentó.
Asimismo, dijo que se deberá reconsiderar la importancia de los proveedores y los clientes, sobre todo en lo relacionado con la gestión del transporte de carga. Es decir, cómo es que un transportista en la última milla puede afectar a la venta final, por ello se deberán tener claros quiénes son los socios de negocio.
“Recomendamos hacer un análisis de riesgo de qué tan vulnerables nos estamos volviendo y si es necesario asumir esta vulnerabilidad, entonces definir estrategias para mitigar los riesgos, es decir, contratar un transportista que me garantice más la seguridad, por ejemplo”, explicó.
Mencionó que los robos de carga ocurren con profesionales con fuertes vínculos logísticos y con conocimiento tecnológico, por lo que es necesario que las empresas operen con equipos de rastreo provistos por un tercero, en donde el transportista puede interactuar con los periféricos del GPS y con el operador del vehículo para conocer el estatus del servicio del viaje.
No obstante, este tipo de monitoreo es reactivo a momentos determinantes del viaje como salida a ruta, arribo a destino, entre otros, por lo que el tránsito no es supervisado de manera íntegra dado que no hay vinculación entre un plan de ruta.
Asimismo, recomendó usar el monitoreo activo, en donde todas las unidades cuentan con equipo de rastreo con funciones periféricas y los viajes son monitoreados por una central especializada que realiza la confirmación del servicio, auditorías a periféricos, seguimiento proactivo, comunicación constante con el operador, protocolos de actuación y reacción ante contingencias y desviaciones de acuerdo con lo establecido en la hoja de ruta.
El servicio es cerrado hasta que la descarga ha sido completada y su objetivo en caso de siniestro es la recuperación de la carga.
Finalmente, reiteró que es indispensable enfocar un programa de monitoreo a acciones preventivas y no reactivas.
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