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México y Estados Unidos enfrentan retos compartidos

Alejandra Oropeza.
Octubre 01, 2022

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México y Estados Unidos mantienen lazos económicos, comerciales y sociales que se han vuelto claves para convertir a la región de Norteamérica en una de las más competitivas a nivel mundial. Actualmente, ambas naciones enfrentan un escenario económico complejo.

En entrevista, Larry Rubin, presidente de The American Society of Mexico, analiza el panorama entre México y Estados Unidos, cuáles son los temas pendientes, en dónde están los grandes retos y oportunidades.

 

 

México es uno de los socios comerciales más importantes de Estados Unidos. ¿Cómo está actualmente la relación comercial entre ambos países?

La relación comercial ha seguido creciendo a pesar de los políticos. El Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) es un acuerdo político de las tres naciones que ha sido un acelerador importante, pero la única razón por la que crece el comercio a doble dígito es gracias a los empresarios, esa es la realidad. Crece porque están haciendo constantemente proyectos, están trabajando juntos y creando cadenas de valor importantes.

Haría énfasis en Texas, que es el estado número uno al que va el comercio con México. Hoy, Texas representa un tercio del comercio bilateral total, 200,000 millones de dólares, lo que se debe, en particular, a la acción de los empresarios mexicanos y estadounidenses. 

Sin embargo, hay retos importantes porque México ha entrado en una etapa en donde Estados Unidos y Canadá han pedido un periodo de consulta por violaciones al tratado. Las empresas han invertido en México y han creado empleo, nos les puedes cambiar las reglas una vez iniciado el juego. Hay mucho trabajo que hacer, en términos comerciales podemos mejorar y creo que va a depender directamente del gobierno mexicano.

Hay un sinnúmero de empresas estadounidenses en México que generan, cada una, más de 15,000 empleos bien pagados, tanto en la frontera, como en otras partes de la República Mexicana. La inversión estadounidense en México, aparte de que oscila en miles de millones de dólares, genera muchos empleos y eso coloca a México como el socio comercial más importante de Estados Unidos.

 

¿Cuál es el ánimo que percibes entre los inversionistas estadounidenses? ¿Cómo ven a México?

Interesa mucho invertir en México por los atractivos que ofrece, porque la productividad mexicana es mejor que la estadounidense y de muchas partes del mundo. Hay muchos factores positivos que destacar, como la ubicación geográfica, ya que estoy seguro que hay muchos países que quisieran una parte del territorio mexicano por su frontera con el mercado más grande del mundo. 

El T-MEC ayuda a crear certidumbre. La productividad del mexicano es muy competitiva y la mano de obra es muy buena. También, están los recursos naturales con los que cuenta México, es un área de oportunidad bastante importante.

El entendimiento que existe entre las dos culturas es clave, porque es muy fácil trabajar entre un mexicano y un estadounidense por sus costumbres y el huso horario. Conviene operar una planta aquí; sin embargo, a los empresarios estadounidense les genera mucha incertidumbre el mercado mexicano, primero por las acciones del gobierno federal y por el tema referente a la energía que requieren las plantas manufactureras, ellos quieren sentirse seguros de que tendrán energía para la producción en los próximos años.

Otro tema que genera incertidumbre es la inseguridad que hay en el país, no nada más para la protección de los activos y de los productos que se generan, sino también para la protección a los funcionarios y directivos de las empresas estadounidenses.

 

Con este balance que nos presentas, ¿cuál es tu lectura? ¿Seguiremos viendo más empresas estadounidenses en México? ¿Cuáles sectores son los que más oportunidad tienen?

En México hay muchas oportunidades, una que dará un plus importante es el proyecto del transístmico que tiene la administración de Andrés Manuel López Obrador, el cual conectará y desarrollará del puerto del Pacífico al Golfo de México, si bien no competirá con Panamá, sí creará una sinergia para el mercado estadounidense espectacular. Pensar que el río de Misisipi [que atraviesa la parte central de los Estados Unidos] en donde sube y baja tanto comercio se pueda convertir en una extensión de lo que se quiere hacer en el transístmico y entonces se conecte a Asia a través del transístmico con el Golfo de México y los estados de Luisiana, Florida, Texas, entre otros, es una gran oportunidad. Ahí aplaudo esos esfuerzos, no es nada fácil, porque es inversión de mucho tiempo y dinero, pero creo que es una oportunidad importante.

También, destaca la industria de manufactura, particularmente, tiene centros neurálgicos como Ciudad Juárez, que es el corazón de la manufactura de todo América del Norte, pero también se pueden desarrollar otros polos en Matamoros y Reynosa. Se requiere que la clase política sepa lo que está buscando el empresario estadounidense, porque el mayor porcentaje de la inversión extranjera es de EE. UU. y seguirá siéndolo.

Sin duda, seguiremos viendo la llegada de empresas de manufactura en México; sin embargo, será a un nivel más bajo por las preocupaciones en el tema de energía, que es un factor clave. Muchas empresas, sobre todo, las más grandes, incluso tienen el mandato de sus consejos directivos de que la energía que reciban sus plantas sea energía limpia. Si México no la ofrece, por más barato que sea, estas empresas no van a permitir a sus directivos poner plantas. Ahí, México va atrasado en energías limpias, no ha sido una prioridad de esta administración, pero tiene que serlo porque no es opcional si se quiere seguir atrayendo inversión. Hay otros países que lo están haciendo como Costa Rica o Canadá, y este último cuenta con una ventaja competitiva como la tiene México.

El sector manufacturero seguirá creciendo, pero no al ritmo que debería, y eso es algo que nos concierne en la American Society of Mexico, cómo podemos coadyuvar para que el ritmo de crecimiento del sector manufacturero se dé.

 

¿En dónde están viendo los retos y oportunidades con el T-MEC?

Actualmente, uno de los principales retos del T-MEC está en el capítulo 31 con el tema de las controversias, esperamos que México ponga seriedad y resuelva las violaciones que se han creado.

El T-MEC es una gran herramienta para que los empresarios mexicanos puedan venderle al gobierno de Estados Unidos, que es un gran cliente que sí paga y a buen tiempo. La posibilidad de venderle al mercado más grande del mundo es una oportunidad que sólo tienen México y Canadá.

Seguiremos trabajando para que este instrumento, el más importante en comercio del mundo, se desarrolle y fortalezca, y para que los empresarios lo entiendan y lo aprovechen.

 

La crisis por el Covid-19 puso de manifiesto la vulnerabilidad de la cadena de suministro de la industria a nivel global. ¿Cómo esto reconfiguró la relación entre México y Estados Unidos?

El Covid-19 expuso la importancia de las cadenas de suministro, había industrias que no se daban cuenta de que dependían indirectamente de México, ellos le compraban a otra empresa estadounidense, pero a su vez esta lo hacía a otra pero con una subsidiaria en México; cuando pasó está desconfiguración entre el sector industrial mexicano y estadounidense se puso en evidencia que había mucho que mejorar y que la interconectividad entre ambos países es enorme. El Covid-19 nos dio grandes enseñanzas al sector industrial, particularmente, el fortalecimiento de esas cadenas de valor, ahí es en donde se ha venido trabajando fuertemente.

 

¿Qué están haciendo en la American Society of Mexico para seguir impulsando las relaciones entre ambos países?

Esencialmente, nuestro propósito es acelerar, en cuestión de inversión, el comercio bilateral y que México sea atractivo; asegurar y presionar porque las situaciones de mejora se den por parte de los gobiernos federales, estatales y locales, tanto en México como en Estados Unidos, y hacer las conexiones entre empresarios para abrir más oportunidades en proyectos productivos.

El objetivo ha sido fortalecer la relación bilateral entre México y Estados Unidos, en ese sentido, Ken Salazar, nuestro presidente honorario, nos ha solicitado hacer énfasis en esta parte, desarrollar oportunidades educativas.

La primera convención binacional fue el primer paso para esto, ahí reunimos a líderes sociales, políticos, educativos, entre otros.

Dialogamos para tener a México y a Estados Unidos en el radar, ya que se busca determinar las prioridades de lo que es realmente importante para ambos países. Esto es importante para nosotros y para las empresas.

Actualmente, The American Society of Mexico representa a todas las empresas estadounidenses en México y de igual forma a todas las ONG estadounidenses de todo tamaño, muchas de ellas tienen presencia local en todas las ciudades.

 

 

LARRY RUBIN

Larry Rubin es presidente de The American Society of Mexico, cargo que ostenta junto con el embajador de Estados Unidos en turno. En esta función, representa a más de dos millones de estadounidenses que viven en México, así como a las empresas y ONG estadounidenses.

También, es director general de Odgers Berndtson EE.UU. y copresidente de la práctica de Estados Unidos y América Latina. Ha sido parte de la industria desde el 2012.


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