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Industria automotriz, ¿hacia dónde avanzan las regiones?

Dinorah Becerril.
Abril 01, 2023

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La industria automotriz mexicana se ha posicionado a nivel mundial como una de las más fuertes y hoy en día de las más atractivas para invertir ante el fenómeno denominado nearshoring.

En un mapa nacional, esta industria se encuentra conformada en dos grandes ramas, los Fabricantes de Equipo Original (OEM, por sus siglas en inglés) con 39 armadoras, según datos de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA); y la cadena de proveeduría, la cual está orientada a la exportación con entre 70 y 80% de su producción, principalmente concentrada en el norte y centro del país.

Para Héctor Romo, socio líder de impuestos en la Región Bajío de KPMG en México, las industrias en las que se observa una mayor capacidad y que se encuentran muy articuladas son del subsector de componentes de plástico y estampado de metal.

“Ahí vemos una capacidad mayor, mayor flexibilidad, con facilidad de ampliar e incluso Tier 2 ya muy integrados en la cadena de suministro”, no obstante, estas se ven limitadas ante la falta de componentes electrónicos, dejando expuesta la dependencia que existe de Asia en este tipo de unidades.

No obstante, de que hay un símil en la producción de autopartes en el país, cada región o estado en el país ha desarrollado características particulares para este sector. Por ejemplo, en el Bajío, se podría armar hasta 80% de un automóvil porque hay, desde empresas que elaboran llantas, hasta las de arneses eléctricos y de alta tecnología. En esta región, por ejemplo, hay más de 10 armadoras de vehículos ligeros y tractocamiones, y una base de 1,200 empresas proveedoras.

“Destaca la región Bajío -incluido Puebla- por tener empresas que manufacturan componentes de gama alta. Hay ubicadas tres plantas automotrices que manufacturan vehículos de alta gama, lo que tiende a añadir mayor valor en los productos y componentes que se manufacturan para estas armadoras”, comentó.

Mientras tanto, en otras zonas del país, como el Norte, destacan por su fortaleza para producir un mayor volumen. Por ejemplo, de acuerdo con la Industria Nacional de Autopartes (INA), la zona norte del país concentra poco más del 50% del valor total de la producción de autopartes en México, siendo Coahuila, Chihuahua y Nuevo León los principales productores de autopartes de la zona.

En Querétaro, uno de los estados que conforman la región del Bajío, el ecosistema automotriz está conformado por 102 empresas Tier 1 y más de 200 empresas Tier 2, 12 centros de investigación y desarrollo privados y otros 50 del sector público.

Esta relación entre las manufactureras y los centros de investigación han permitido que se reduzcan los tiempos desde que se conceptualiza un producto hasta que se fabrica.

“Esto ha permitido no sólo trabajar en la manufactura, sino también diseño y nuevas tecnologías”, comentó Renato Villaseñor, presidente del Clúster Automotriz de Querétaro.

Querétaro, destacó, posee una gran fortaleza en el sistema de frenos, sistemas de transmisión, partes troqueladas y partes de plástico. Estos subsectores representan casi 65% de la fabricación.

En el norte del país, en el caso concreto de Nuevo León, hay empresas Tier 1 que han desarrollado cadenas de proveeduría locales, que en algunos casos alcanza hasta la materia prima, lo que robustece la cadena de valor. Además de una importante fabricación de acero lo que ha apuntalado a la industria en el estado hacia la Metalmecánica, primordialmente; por ejemplo, se dominan procesos de estampado, de fundición, maquinado, dijo Manuel Montoya, presidente del Clúster Automotriz de Nuevo León.

“Hay una base de proveedores de segundo nivel que sumada a los proveedores Tier 1, de empresarios de Nuevo León, le dan soporte a la industria y que las firmas extranjeras que se han establecido lo han visto como una ventaja, además de la mano de obra especializada que, en combinación con universidades reconocidas, hacen un estado atractivo”, comentó.

En este ecosistema ubicado en el Norte del país hay cinco armadoras de vehículos ligeros, pesados, recreacionales y de tractores, además de la próxima llegada de Tesla, alrededor de 100 Tier 1 y 200 Tier 2, además de fabricantes de materia prima como acero y aluminio, lo que fortalece la cadena de suministro.

Por su parte, Elisa Crespo, presidenta ejecutiva del Clúster Automotriz del Estado de México, destacó que, en lo que refiere a este estado, destaca la producción tanto de vehículos ligeros como de tractocamiones y autobuses de carga y pasajeros.

“Es uno de los ecosistemas más fortalecidos, preparados y con un alto desarrollo de innovación y desarrollo tecnológico”, dijo.

En el Estado de México se contabilizan 260 empresas instaladas, en su mayoría especializadas en áreas metalmecánicas y de plástico, principalmente; además de siete armadoras (BMW, Stellantis, Ford, Nissan, Daimler, Volvo Trucks).

 

Nearshoring y T-MEC atraen capital a México

La coyuntura de Covid-19 hizo que aquellas empresas que se encontraban explorando Asia para invertir ante la mano de obra y los incentivos que ofrecían en aquella región reconsideraran sus planes y finalmente decidieran trasladar sus líneas de producción a América, algo de lo que, de acuerdo con Romo, se ha beneficiado México.

“Sí estamos viendo una gran atracción de inversión particularmente del Noreste de reubicación de líneas de producción. También, aunque en menor medida, en transformación digital y robotización de las plantas en sí mismas”, mencionó.

Para el Estado de México, estas inversiones se han centrado en innovación y desarrollo tecnológico con la adopción de las nuevas tecnologías en industria 4.0, además de la ampliación de operaciones un indicativo de la ampliación de su portafolio y de la oferta, dijo Crespo. 

Montoya coincidió en que se ha observado una mayor inversión en la expansión de plantas para dar soporte a nuevos programas, lo que tiene que ver con el nearshoring y el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).

En el caso de Querétaro, las inversiones para el sector en los últimos años han sido provenientes de empresas alemanas, japonesas y norteamericanas, principalmente en sistemas electromecánicos, de interiores y de entretenimiento, lo que ha generado una inversión importante en la adaptación de componentes y sistemas para la electromovilidad.

De acuerdo con la Secretaría de Economía, entre 2021 y 2022, el sector de fabricación de equipo de transporte recibió una inversión extranjera directa de 9,906.7 millones de dólares en el país. Querétaro, Estado de México y Nuevo León captaron 327.6, 335.6 y 2,075.8 mdd, respectivamente.

 

Los retos por delante

Villaseñor añadió que los principales retos a nivel global de la industria son habilitar el flujo de materiales para las materias primas, y en Norteamérica, que los fabricantes de equipo original recuperen los inventarios de vehículos terminados para dar respuesta los usuarios. Esto supone el reto para los fabricantes de autopartes de cubrir la demanda actual más un excedente.

Además de que se encuentra la preparación tecnológica y de talento para hacer frente a la demanda que implica la fabricación de vehículos eléctricos, híbridos y electrónicos. Y, finalmente, realizar las operaciones sobre una base sustentable.

Al respecto, Crespo y Montoya coincidieron en que uno de los grandes retos de sus respectivos estados es la capacitación de talento adecuado que vaya en línea con los nuevos retos de electromovilidad que exigen a personas más preparadas.

“Ya no se requiere al técnico común sino al técnico especializado en sistemas embebidos, que es el técnico que va a predominar para la producción de vehículos eléctricos”, dijo Crespo.

En Nuevo León, además de impulsar programas dirigidos a sistemas embebidos, se trabaja con la academia para desarrollar ingenieros en diseño, una carrera cuya demanda va al alza.

También, ambos trabajan en fortalecer a las pequeñas y medianas empresas (Pymes), a través de esquemas de financiamiento que le permitan fortalecer su operación. En Nuevo León, añadió Montoya, se ha reunido con la banca de desarrollo Nafin y Bancomext para dar soluciones a las empresas proveedoras, a través de un programa de factoraje.

Adicional a estos temas, cada estado ha trazado su ruta hacia la sostenibilidad y descarbonización del sector para cumplir con los objetivos de disminuir las emisiones de CO2.


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