El tema central cuando hablamos de industria 4.0 es, sin duda, la tecnología. El concepto liberado en la feria industrial Hannover, Alemania, hace ya prácticamente una década, ha funcionado como un detonador de los procesos de digitalización en las plantas industriales. Con dos binomios en juego, por un lado el software y el hardware, y las tecnologías de operación y tecnologías de información por el otro; los fabricantes de tecnología para manufactura no dejan de presentar nuevos productos o soluciones integradas orientadas hacia la digitalización.
Pero no es solo tecnología.
En México y, específicamente en el sector industrial, suele ser muy marcada la diferencia relacionada con el acceso a la tecnología, tanto por tamaño como por sector. Por ejemplo, mientras que empresas más grandes tienen sistemas de gestión robustos, junto con componentes de automatización en sus procesos productivos, las empresas más pequeñas incluso suelen batallar con sus sistemas de facturación y sus equipos de producción no están conectados a dispositivos de recolección de datos.
O bien, mientras que las empresas relacionadas con la industria automotriz o alimentos y bebidas suelen tener, casi por default, sistemas modernos de automatización, desde software hasta mecanismos robotizados; en fabricantes metalmecánicos o de plásticos, de nivel medio en la cadena de valor, por lo regular aún trabajan en silos y con mucha mano de obra en tareas incluso repetitivas o pesadas.
Pese a que todo lo anterior podría parecer una sentencia de desesperanza, en realidad es todo lo contrario. El fenómeno provocado por el concepto industria 4.0 está generando una oleada de iniciativas de apoyo para que las empresas más alejadas de la tecnología se modernicen, no solo en sus procesos de manufactura, sino en aquellos de gestión que les permitan comunicarse mejor con posibles clientes ya en una etapa de madurez tecnológica. Este hecho ofrece la oportunidad de ganar nuevos proyectos y, por ende, promete crecimiento para aquellos que lo sepan aprovechar y entiendan dónde invertir.
La industria 4.0 es una corriente que siguen organizaciones privadas (como clústeres y asociaciones), las organizaciones participantes en ferias industriales, algunos organismos públicos (como las secretarías de Desarrollo Económico estatales), las empresas de consultoría y, desde luego, la academia. Estoy seguro de que usted ya tiene en mente a más de una que están promoviendo este concepto con iniciativas de capacitación y de apoyo para la adquisición tecnologías.
Por ende, es importante recalcar que en el tema de industria 4.0, la tecnología podría ser secundaria para dar paso en primera fila al “estado mental” de las empresas. A la preparación y maduración en términos de gerenciales para lanzarse sobre este reto tecnológico.
Es por este motivo, que más allá de hablar de las múltiples herramientas y campos de la digitalización disponibles para los procesos industriales, en esta ocasión invitamos a dos expertos del Consejo Nacional de Clústeres de Software y Tecnologías de Información (MxTI) para que, desde su aguda perspectiva, nos compartan sus observaciones sobre algunas de las opciones y requerimientos que existen para enfrentar estos retos.
Más allá de los bits y los bytes, más allá de los robots y los sensores, de la nube y del blockchain busquemos detonar la tecnología desenmarañando primero la complejidad de la cultura empresarial.