La industria farmacéutica ha alcanzado un valor de 14 mil
939 millones de dólares, según datos de ProMéxico. Este sector es
extremadamente dinámico, ya que propicia la diversificación de las
transacciones a nivel internacional; además la inversión que se realiza ha ido
en aumento, con un promedio anual de 7.1% desde 2007. Beneficiando a tres
sectores: la fabricación de productos químicos, la fabricación de productos
farmacéuticos y el comercio al mayoreo de abarrotes y alimentos.
México es uno de los mayores exportadores farmacéuticos de Latinoamérica, lo que implica una gran responsabilidad al ser una industria química en constante movimiento e innovación.
En el país se encuentran ubicadas
20 de las 25 empresas más importantes de la industria a nivel internacional,
las cuales tienen alto reconocimiento a nivel mundial con políticas y
estrategias globales. Por tal motivo y para tener estándares de seguridad
industrial (uniformes), implementan sistemas basados en estándares que
faciliten la creación de productos y servicios seguros, fiables y de calidad a
través de sistemas como ISO; así como de la Administración de Seguridad y Salud
Ocupacional (OSHA por sus siglas en inglés).
Esta industria también genera un gran impacto económico
directo, por accidentes e incidentes relacionados con la maquinaria y equipo, o
porque existen empresas que intervienen en la cadena de suministros y que
tienen los mismos factores y por consiguiente los mismos riesgos.
Bajo esta premisa, debe ser obligatorio implementar un
programa coordinado de verificación sobre la normativa de cada país, el caso
mexicano es la NOM-004-STPS-1999, a través de la Dirección General de Seguridad
y Salud en el Trabajo, dependiente de la Secretaría del Trabajo y Previsión
Social, que debe dar seguimiento constante de las condiciones de seguridad de
la maquinaria y equipo, tanto de las farmacéuticas como de los actores de la
cadena de suministro, para que este sector continúe impulsando la economía
mexicana, proteja en un mayor nivel a sus trabajadores, asegure la calidad y la
mejora continua hacia la manufactura con mejores prácticas.
La norma es obligatoria para las empresas que manejen,
transporten o almacenen sustancias químicas peligrosas y establece obligaciones
para que el patrón mantenga actualizado un estudio con el fin de analizar los
riesgos potenciales de sustancias químicas peligrosas.