Dentro de los retos que se nos han presentado en los últimos dos años, están saber cómo movernos rápidamente, cómo simplificar las cosas y cómo generar mayor valor en nuestras empresas, que nos ayuden a contrarrestar los vientos en contra que se presentan en nuestro entorno dinámico.
Por lo que generar proyectos de valor se vuelve primordial. Al definir un proyecto debemos asegurarnos de que esté alineado a los retos globales de la compañía y, lo más importante, creer en él y en los beneficios que éste traerá, ya sea un proyecto de ahorro, un proyecto de mejora o de un nuevo producto. Creer en un proyecto te lleva a generar confianza, optimismo y mayor facilidad para hacer que las cosas sucedan.
Antes de empezar un proyecto, te recomiendo lo siguiente:
- Date el tiempo de definir un objetivo claro, que esté conectado a la estrategia de la empresa para lograr una mayor sinergia con los departamentos involucrados.
- Prepara un buen anteproyecto que defina claramente el alcance de tu proyecto con entregables claros, así como los beneficios que se obtendrán con su implementación.
- Elige el equipo; asegúrate que las personas que participen generen un rol activo y no sólo rellenar reuniones con personas que sean espectadoras.
- Establece tu plan de proyecto y define los entregables con tiempos acotados.
- Antes de iniciar tu proyecto, puedes programar una sesión de lecciones aprendidas con el equipo interdisciplinario y ver qué aprendizajes de otros proyectos similares pueden ser aplicados en tu nuevo proyecto.
- Una vez definido tu equipo de trabajo, define una cadencia de juntas. Esto te permitirá mantener comunicación efectiva con tu equipo y anticipar cualquier riesgo o eventualidad que tu proyecto pueda tener en su ejecución.
- Vende tu proyecto. Cuando el proyecto necesite más recursos, o mayor disponibilidad del equipo, te recomiendo primero presentarlo al top management. Esto ayudará a quitar obstáculos y que exista mayor compromiso del equipo.
- Ten un plan “B” en las actividades críticas. Así aseguras que las frustraciones sean menores.
- Seguimiento y seguimiento para poder asegurar que las actividades se estén dando, o que se pueda reaccionar ante un viento en contra.
Y durante la ejecución del proyecto, debemos de tener en cuenta que, probablemente, existan factores internos o externos que nos lleven a tomar caminos diferentes, por lo que es importante no entrar en pánico y, sobre todo, ¡mantén una actitud positiva! Ya que, al ser líderes de un proyecto, tenemos el poder de inyectar energía en nuestro equipo de trabajo para asegurar un proyecto exitoso.
MÁS INFORMACIÓN:
Jennifer Castillo García
Business Development en Sisamex