La industria del transporte en México tiene varias alternativas para adquirir unidades nuevas, que no se basan solo en la solicitud de créditos bancarios y que permiten mantener unidades actualizadas que atiendan las necesidades del sector logístico. Por ejemplo, el recurrir a empresas de arrendamiento, de factoraje financiero o a compañías que ofrecen apoyo en la renovación.
Actualmente, en el país existen alrededor de un millón de unidades de autotransporte, de las cuales más del 33% excede los 20 años de antigüedad, señaló la empresa Top Flotillas al hablar sobre la necesidad de que los parques vehiculares se renueven para ser cada vez más competitivos.
Entre los beneficios del arrendamiento están el controlar y reducir costos, con inversión hasta 30% menor. “La diferencia con la operación de compra consiste en que la compañía hace un pago mensual hasta que el vehículo sea vendido o liquidado sin requerir un pago inicial, mientras que en la compra se paga una cantidad total cuando se adquiere y el capital se inmoviliza hasta el momento de la reventa”, explicó la empresa.
En este rubro, agregan que durante el 2022 se adquirieron 4,449 unidades al tomar en cuenta datos de la Asociación Mexicana de Arrendadoras de Vehículos (Amave).
El factoraje, que consiste en la venta de una cuenta por cobrar, no se considera un préstamo, “sino una tarifa de conveniencia que se paga a quien adelanta el valor de las facturas por cobrar a sus clientes”, y entre las ventajas está la liquidez o flujo inmediato de recurso sin generar pasivos o endeudamientos”, agregó Top Flotillas.
Como tercera alternativa, que consiste en solicitar préstamos a través de financieras especializadas, el beneficio es variable y también se obtiene acceso a programas de Sistema de Gestión Integral (Sigi), donde el beneficiario se cataloga con sus impactos, riesgos ambientales y sociales.
Como conclusión, la compañía recomienda analizar las diversas opciones, a fin de que el beneficio de renovación de unidades de autotransporte no implique complicaciones económicas y que, por el contrario, refleje crecimiento y desarrollo.