Aarón García, experto en tecnologías de información y telemetría vehicular, alertó sobre el impacto en la ecología y la movilidad en las grandes urbes, generados por el crecimiento de las empresas de logística y envíos ante el alza del comercio electrónico.
“Las compañías que están metidas en la última milla crecieron en doble dígito. Todos los días parecían ventas de navidad, en los momentos más álgidos de la pandemia, cuando la gente no podía salir prácticamente a nada. […] Sin embargo, el impacto del transporte está afectando en un aspecto negativo a la huella de carbono, hay mucho transporte no eficiente”, sostuvo el experto.
Las denominadas empresas de última milla, aquellas que entregan productos al consumidor final, reportaron crecimientos inesperados. DHL, por ejemplo, informó recientemente que el crecimiento en la demanda de entregas se anticipaba en 78% para 2030; dicha meta la lograron en tan solo 12 meses, a partir de la pandemia generada en 2020. Estafeta, la empresa mexicana de paquetería, pasó de 7,000 a 11,000 empleados en un par de meses para hacer frente a la referida alza.
“El e-commerce ha generado un modelo muy complejo, porque en el anhelo de las compañías de ofrecer una mejor experiencia, tú tienes la posibilidad de entrar a una tienda e-commerce y comprar un jabón o seis latas de jugo y pedir que te las entreguen. […] Tú como consumidor ya no haces un viaje a la tienda y te traes 45 productos en un solo viaje, ahora podrías requerir 45 entregas para tener en tu casa todos los productos que antes obtenías en tienda.
“Eso ha multiplicado el tráfico en las ciudades, ha multiplicado la ineficiencia de los procesos de entrega, de cara a un cliente que tiene la posibilidad de adquirir productos sin costos de envío, en cualquier momento, y de cualquier nivel o importe de compra”, externó Aarón García.
LOS RETOS
Además de los impactos ambientales, los desafíos ante esta variante en el consumo son diversos. El socio-director y fundador de Inroute Telematics enumeró los concernientes a la logística de la última milla, entre ellos el crecimiento acelerado que tiene el mercado; la optimización de las rutas, “a mayor volumen de entrega y gradualidad, requieres tener mucho más análisis de información para poder generar un diseño de rutas”; errores de surtido, alza de costos logísticos, y “como ya lo vimos, la gradualidad de las entregas, que hoy te puedo pedir un refresco y mañana pedir otro producto y haces tres viajes en una semana para un mismo domicilio, en el que entregas productos de menos de 70 o 200 pesos”, subrayó el directivo.
TECNOLOGÍA
Aarón García consideró que, para hacer frente a los retos enumerados, las compañías deben transformarse digitalmente.
Los beneficios de adoptar mayor tecnología se miden en una mejor experiencia del cliente, optimización de las operaciones, aumento en la productividad de los empleados y en la creación de nuevos modelos de negocio y fuentes de ingreso, señaló el experto.
Las tendencias tecnológicas que advierte en la industria son el uso de lockers inteligentes para la recepción de mercancías y devoluciones, drones para entrega de productos y vehículos autónomos de reparto.
Existen además soluciones de geolocalización, rastreo, mapeo de rutas y de gestión de órdenes que permiten la optimización de entregas, lo cual generaría, entre otros beneficios, reducción del uso de combustible y menores horas de conducción.
De acuerdo con datos ofrecidos por el directivo, el 41% de la estructura de costos en las empresas logísticas se destinan a los operadores; el 59% restante se va a los vehículos (seguros, mantenimiento, renta o adquisición del vehículo y el combustible).
“Otro dato importante es que el costo de transportar los productos, desde su origen hasta su transformación, a los centros de distribución, es el 50% del costo total, ya que la última milla, en términos generales, cuesta el otro 50 por ciento. [...] Ese número es importante, porque al final de cuentas es un tema que va a venir a encarecer la entrega”, apuntó el especialista.
