Advertising

Sus fortalezas llevaron a Comercializadora MEYH a obtener el Premio al Mérito Empresarial

Víctor Vázquez.
Enero 01, 2021

Advertising

Font size:
Imprimir

En sus inicios, Comercializadora MEYH se dedicaba al mantenimiento y fabricación de herramentales. En aquel entonces, su fundador, Tomás Casas García, estuvo al frente de las compras, ventas, el seguimiento a clientes, “incluso diseñaba, me metía al taller a maquinar, armar, hacía de todo”, recordó en entrevista.

Estas tareas lo llevaron a aprender a manejar y a perderle miedo a la computadora; sin embargo, el crecimiento de la empresa lo obligó a delegar estas y otras responsabilidades. Fue entonces que sus hijos se fueron uniendo al negocio familiar, al que han consolidado tras 14 años en el mercado.

Durante este tiempo, la empresa ha sumado más servicios a su oferta, gracias a la flexibilidad y calidad que la caracterizan. Estos factores le permitieron sortear las consecuencias que originó la pandemia en 2020 y la convirtieron en una de las galardonadas con el Premio al Mérito Empresarial, reconocimiento que otorga cada año la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra) San Juan del Río. 

 

FORTALEZAS

Hoy, Comercializadora MEYH ofrece procesos de troquelado, electropunteo, corte doblez, láser, así como reparación y fabricación de herramientas y moldes.

Estos y otros servicios los han ido incorporando de forma gradual desde 2006, año en el que la compañía arrancó operaciones.

“[La empresa] se pensó hace 14 años como un taller de traspatio. Metimos maquinitas convencionales, torno, fresadora y una rectificadora, fue con lo que partió este negocio, y a partir de ahí fuimos dando servicio de fabricación y mantenimiento de troqueles. Seguimos en ese tenor y compramos equipos para seguir en el mercado, pero nos fueron ofreciendo máquinas troqueladoras, me daban facilidad de pago con la finalidad de repararlas y venderlas, pero después se empezó a dar el trabajo de troquelado y las reparábamos para utilizarlas nosotros”, recordó Casas García. 

Pronto, compañías como Imbera y Zoppas Industries requirieron los servicios de esta empresa familiar. 

“De cierta manera, con Imbera iniciamos en el área de troquelados y han sido parte fundamental de este negocio. Nos hemos certificado por medio de ellos”, destacó el fundador y director general de MEYH.

La certificación de la que habló en entrevista es el ISO 9000:2015. Esos primeros pasos que dieron con Imbera fueron notables, pues de las 15 personas que había en su plantilla laboral, llegaron a tener 50 asociados.

 

COVID-19

Uno de los retos más desafiantes que ha vivido la empresa, desde su creación, ha sido la crisis originada por el Covid-19. A decir de Tomás Casas, su producción, en el momento más crítico de la pandemia, decreció 60 por ciento.

La empresa salió a flote gracias a clientes como Eaton, Imbera y Zoppa, quienes han ido recobrando sus propios niveles de producción; así como a la demanda de pequeños talleres y empresas, a quienes han podido servir a pesar de los volúmenes bajos que demandan.  

“Vamos a decirlo así, la virtud que tiene este negocio es que tiene varios procesos. Nuestra principal fortaleza es que tenemos la experiencia en la fabricación de troqueles, la maquinaria y el personal con el conocimiento para llevar esa labor […] Si yo no lo tuviera, tendría que recurrir a un proveedor externo y saldría muy caro”, subrayó el entrevistado.

Comercializadora MEYH vislumbra mayores oportunidades en 2021, ya que prevén recuperar los avances perdidos por la pandemia.

En la fidelidad y estabilización de la demanda de sus grandes clientes, quienes ya han reportado nuevos proyectos para esta empresa, descansa el optimismo de la compañía sanjuanense. 

Asimismo y gracias a esta recuperación, buscan retomar el proyecto para reubicar sus instalaciones, las cuales actualmente ocupan un par de naves que suman 2,000 metros cuadrados (m2). La nueva sede tendría nuevas instalaciones, que se desplegarían en un terreno de 8,300 m2. 

“Para mí es una gran satisfacción [ver el trabajo logrado]. Muchas veces uno hace las cosas porque a uno le gustan y por la pasión con la que uno las hace; fue tanto así que cuando nos certificaron, se hizo toda la documentación y la persona que nos apoyó nos decía: Hay que hacer organigrama ¿a quién ponemos de director? -Pues a mí - respondí. Hasta ese momento fue que me di cuenta a dónde me había llevado hacer lo que me gusta y lo que me apasiona”, concluyó emotivo. 


Descubre las últimas novedades de la industria en nuestra edición impresa, disponible en formato digital.

Ver todas las ediciones