Smurfit Kappa invirtió 23,5 millones de dólares para modernizar su planta de láminas de Nuevo Laredo, Tamaulipas, con el fin de convertirla en una planta de corrugado totalmente integrada.
La inyección de capital incluye una corrugadora de última generación y la ampliación del edificio. La nueva máquina, que empezó a funcionar la semana pasada, tendrá una doble ventaja de reducir las emisiones de CO2 hasta un 40% y duplicar la capacidad de producción.
La fábrica de Nuevo Laredo tiene fuertes alianzas en los sectores industrial, electrodomésticos y electrónica. La región representa el 3,3% del PIB del país y alberga a más de 200 compañías que fabrican productos para Estados Unidos.
El aumento de la capacidad agilizará las operaciones de Smurfit Kappa en San Antonio, Texas, donde la creciente demanda por empaques sostenibles exige mayores volúmenes de producción.
La inversión contribuirá a un avance significativo en los objetivos ambiciosos de sostenibilidad de la planta. Sus emisiones de CO2 se reducirán hasta en un 40% debido a la reducción significativa del transporte entre las plantas de Smurfit Kappa Nuevo Laredo y San Antonio.
Laurent Sellier, CEO de Smurfit Kappa en Las Américas, dijo que esta inversión refuerza el compromiso de ser un actor importante en el crecimiento del mercado mexicano. También mejorará sus alianzas dentro de los sectores que impulsan la economía local en la región de Nuevo Laredo.
Eduardo Rubio, CEO de Smurfit Kappa Norte América, añadió que la mayor capacidad de producción que tienen ahora es gracias a esta inversión, que los ha reforzado para satisfacer las necesidades de los clientes actuales y potenciales en la región.
“Smurfit Kappa es una fuente confiable de empaques sostenibles de alto rendimiento, independientemente de la complejidad del producto o de los requisitos de la cadena de suministro.”
Esta última inversión se suma a la ampliación de la planta de corrugado de Culiacán, en el noroeste de México, por 22 millones de dólares que Smurfit Kappa realizó el año pasado.