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Seis valores y retos que moldean a la industria aeroespacial global

Víctor Vázquez.
Octubre 01, 2020

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Eduardo Shelley, director general de Savire Tecnología y Procesos, presentó los que considera son los valores centrales de la industria aeroespacial: innovación, rentabilidad, flexibilidad, calidad, seguridad y sustentabilidad.

“Esto es lo que se exige de la industria hoy en día, ya sea un fabricante o un proveedor. Estamos viendo cambios tremendamente grandes, en parte por la cuestión de informática, la parte de integraciones a redes en todo tipo de cosas, pero también por las nuevas fuentes de poder y nuevos modelos de negocio. La innovación ahora es crítica, es realmente importante”, explicó el directivo.

Estos valores implican, además, retos para todas las empresas involucradas en el sector aeroespacial, que comprende, a su vez, seis segmentos: OEM y aeroestructuras, suministros aeroespaciales, propulsión, defensa, aviación comercial y espacio.    

La pandemia ha sido el desafío más importante en la última década para todas ellas, subrayó Shelley; sin embargo, consideró que las tendencias en la industria no frenarán por mucho tiempo, al contrario, es posible que muchas de ellas se aceleren como consecuencia de la presente contingencia sanitaria, por lo que urgió a las compañías del sector a estar preparadas para ello. 

“Está claro que la pandemia este año significó un freno para muchas cosas, pero las tendencias principales, me parece, siguen en su lugar. Pasarán seis meses, un año o dos, pero regresaremos a los temas de fondo de la industria aeroespacial y también a las oportunidades”, enfatizó.

 

DESAFÍOS

Los seis valores al principio enumerados traen consigo retos asociados, alertó el propietario de Savire, empresa distribuidora autorizada de Dassault Systèmes.

Uno de estos desafíos tiene que ver con la sofisticación de las aeronaves, las cuales pasaron de ser máquinas mecánicas a dispositivos electrónicos.

“La posibilidad de fallas ha incrementado también exponencialmente por esa complejidad. Tienen que preguntarse, ¿de qué forma puedo yo administrar rentablemente esa complejidad? Después está el tema de las disrupciones. Tenemos cada vez más conceptos nuevos, diferentes, que a los fabricantes de siempre, de toda la vida, los establecidos, los pueden amenazar nuevos jugadores que no estaban en el mercado hace 10 años”, alertó.

Subrayó además la importancia del aftermarket. “Aquí vemos el reto: cómo puedo hacer que esté más tiempo disponible mi flota, pero al mismo tiempo bajar los inventarios. Lograr eso tiene dos ventajas, por un lado puedo volar más seguido, lo cual es importante para la utilización, pero también bajo mis costos”.

Estos requerimientos afectan directamente en la base de proveedores en México, estimó el especialista, pues los fabricantes demandan cada vez más valor de la cadena de suministro. 

Value, como ustedes saben, en inglés significa ¿qué obtengo por lo que pago? Cada vez se le está exigiendo más al proveedor que agregue valor a sus servicios, al producto, no solamente serían productos bajo especificaciones, sino qué tipo de servicios puede proveer: ingeniería concurrente, o colaborativa, hay muchas cosas que se pueden hacer para agregar valor a la cadena de suministro”. 

A pesar de la crisis por la que atraviesa este año la industria, Eduardo Shelley anticipa una pronta recuperación ligada a la demanda de la aviación en el mediano plazo.

El especialista habló de una producción estimada de 33,000 mil aviones para los siguientes 20 años, por lo que anticipó, incluso, la llegada de un nuevo fabricante asiático que entre al mercado que hoy lideran Airbus y Boeing.

 

INNOVACIÓN DISRUPTIVA

Shelley habló entonces del concepto de innovación disruptiva, el cual está modelando a la industria ante una era de cambios y nuevas exigencias por parte del mercado y los grandes fabricantes mundiales.

“Tenemos un concepto que le llaman en inglés time to market. Cuánto me tardo, desde que [el producto] es un concepto, hasta que ya está funcionando. La presión es tremenda para reducir estos tiempos”.

Por ello, anticipó el directivo, los tiempos en la producción de aeronaves irán disminuyendo de manera dramática. Airbus, por ejemplo, tenía 7,265 aviones pendientes por entregar en 2017. Ese mismo año entregaron 718 aviones, informó. Boeing, por su parte, reportó un récord de entregas en 2017, con 763 aeronaves.

El segmento aeroespacial fue otro de los ejemplos citados. Y es que esta subindustria ha sufrido un cambio sin precedentes en la última década. Pasó de ser un área dominada por gobiernos y agencias del estado, a abrirle paso a la inversión privada.

Space X, por ejemplo. Esto hace 10 años o 15, no existía, hoy es un jugador bastante importante. Quién va a aparecer después, no lo sabemos, pero hay que estar preparados para dar el servicio a ellos también”.

En este sentido, consideró que los cambios están moldeándose por la competitividad, por lo que menores costos, optimización de tiempos y la digitalización serán, en buena medida, factores que consoliden o descarten a los jugadores del sector en el corto plazo.

Boeing ya simula todo. Los ahorros son tremendos y la velocidad también se incrementa”, acotó el experto. 


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