La obsolescencia es un problema continuo al que todos los sectores de la industria electrónica se enfrentan, agravado por la pandemia de Covid-19 y la escasez en el mercado. Aunque las cosas comienzan a cambiar hacia una nueva normalidad, la obsolescencia es algo que persistirá. Para los sistemas críticos de seguridad, incluyendo el ámbito militar y de defensa, el impacto de la obsolescencia es una preocupación importante para los fabricantes e ingenieros, ya que rediseñar puede ser más exigente en términos de tiempo y costos.
A medida que los fabricantes continúan invirtiendo en investigación y desarrollo de nuevas tecnologías, los componentes más antiguos y menos rentables se vuelven obsoletos, lo que resulta en compras de último momento en periodos de tiempo cortos. El aumento de fusiones y adquisiciones también está animando a las empresas a optimizar sus carteras, lo que nuevamente provoca la obsolescencia de componentes. Los clientes están cada vez más preocupados de que en los próximos 18 meses a dos años se produzca una gran oleada de obsolescencia que tendrá un impacto significativo en las líneas de producción.
Con frecuencia, la obsolescencia provoca la necesidad de rediseñar las líneas de producción, lo cual es costoso y consume tiempo para cualquier fabricante. Otro impacto preocupante es el aumento dramático de piezas falsificadas que circulan en el mercado. Cuando se produce equipamiento crítico para la seguridad, estos impactos son significativos. El riesgo asociado a la fabricación de estos productos implica la implementación de múltiples procesos de aprobación, por lo que un rediseño puede llevar años en completarse. También se requiere un mayor nivel de vigilancia en torno a la posibilidad de adquirir piezas falsificadas.
Los fabricantes militares y de defensa son uno de los clientes críticos para la seguridad que enfrentan dificultades para hacer frente a la obsolescencia. Sus proyectos tienen al menos un mínimo de 25 años de soporte y están diseñados para ser productos de larga duración, con ciclos de adquisición que abarcan décadas. Por lo tanto, optar por un rediseño cuando un componente se vuelve obsoleto puede no ser el enfoque más óptimo. A menudo, la solución más oportuna y rentable es obtener de manera segura piezas obsoletas a través de un distribuidor confiable y reputado.
Con 20 años de experiencia en la industria, Rebound Electronics ha desarrollado un amplio conocimiento y una buena reputación como distribuidor independiente global de componentes electrónicos. Tenemos la capacidad de obtener componentes obsoletos a través de una amplia gama de socios en la cadena de suministro global. Nos aseguramos de ir al mercado de manera segura con la protección de ERAI y otras herramientas, lo que significa que somos un proveedor confiable para clientes críticos en términos de seguridad.
Con alcance global y cinco centros de adquisición en diferentes partes del mundo, tenemos la capacidad de colaborar con diversas empresas en múltiples territorios al buscar componentes difíciles de encontrar y obsoletos. Rebound cuenta con relaciones globales con fabricantes de equipos originales (OEM, por sus siglas en inglés) y empresas de fabricación electrónica (CM, por sus siglas en inglés), así como con un equipo de Logística Inversa que gestiona los componentes obsoletos en stock a través de estas alianzas.
El equipo de calidad de Rebound procesa todos los componentes mediante inspección y pruebas mejoradas realizadas internamente, además de mantener alianzas con laboratorios de pruebas acreditados según la norma AS6081. Para los clientes que requieren sus propias pruebas internas, ofrecemos un período de garantía como medida de seguridad.
Rebound Electronics es un socio que trabajará para asegurar el futuro de su cadena de suministro, obteniendo de manera segura componentes obsoletos en stock para ayudar a evitar rediseños costosos y que consumen tiempo, y protegerlo del riesgo de piezas falsificadas.
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