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Plástico y hule destacan en las exportaciones de productos manufacturados en México

Israel Molina.
Noviembre 09, 2022

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Las exportaciones del país tienen como base principal los bienes manufacturados en territorio nacional. De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) recopilados por Mundi, el 86.9% de los productos exportados por México provienen de la manufactura; nivel superior al 7.3% que aportan los productos petroleros y el 4.2% de los bienes agropecuarios. 

De acuerdo con los últimos registros oficiales (2020), el país cuenta con 6,095 entidades que, según el Inegi, están distribuidas en cinco sectores principales: 14.8% se dedica a la fabricación de equipo de transporte, el 11.8% a la industria del plástico y del hule, el 9.3% a la fabricación de productos metálicos y el 7.9% a la industria alimentaria.

 El impacto económico de esas compañías es importante. Tan solo en el primer trimestre del 2022, el valor del total de las exportaciones manufactureras fue de 103,832 millones de dólares.  

 “Es por eso que cuidar los procesos de fabricación y permitir que los productores se enfoquen en seguir creciendo es fundamental actualmente, ya que la caída en los niveles de producción de estas compañías podría ser un golpe directo a las exportaciones y a la economía nacional”, expresó Paulina Aguilar, cofundadora y directora de Mundi en México.

 Uno de los motivos más comunes para que las anomalías en producción se presenten radica en la falta de flujo de capital. Las caídas o disminuciones del cash flow, a su vez, se deben a diversos motivos entre los que destaca el hecho de que las empresas deben destinar demasiados recursos al financiamiento de los procesos de exportación.

Si bien las empresas manufactureras producen mercancías que generan una cantidad muy alta de dinero para el país, es una realidad que antes de cobrar por los lotes vendidos deben financiar costos de exportación como son el pago del transporte de mercancías, combustibles y mantenimiento de los vehículos, o en su defecto hacer el pago de un servicio logístico en caso de no contar con la infraestructura necesaria.

 Por eso, cuando las empresas se enfrentan al reto de financiar ese proceso, generalmente deben tomar recursos del capital operativo y, si bien al momento de cobrar por el lote vendido recuperarán lo invertido en el traslado, deben buscar la forma de conseguir ese dinero antes de recibirlo.

 “Lo ideal para una compañía que, además de gestionar los procesos de exportación, debe cuidar los niveles de producción que sus clientes demandan, que no toque el capital que requiere para fabricar sus productos al momento de financiar las exportaciones. Tomar dinero que está destinado al pago de los sueldos de los empleados en la fábrica, a la compra de insumos y al mantenimiento de maquinaria, entre otros ejemplos, para pagar los costes del transporte de mercancías antes de cobrar su venta, es un riesgo muy grande, ya que, en caso de cualquier anomalía, se ponen en riesgos los niveles de producción y, por consecuencia, la posibilidad de cumplir con la demanda de los clientes en el extranjero”, explicó Aguilar. 


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