Actualmente, la industria automotriz es el principal sector manufacturero de nuestro país: representa el 20% del Producto Interno Bruto Nacional. Además, es la industria que genera más divisas: más que el petróleo, el turismo, y las remesas juntas, dijo Manuel Montoya, director del Cluster Automotriz de Nuevo León (CLAUT).
En la entidad, hay más de 200 empresas automotrices transnacionales y se fabrica el 9.7% de las autopartes del país. Montoya, también presidente de la Red Nacional de Clusters de la Industria Automotriz, compartió aspectos sobre el comienzo de la vocación metalmecánica y automotriz de la región noreste del país y los clústeres a la comunidad UNIVA.
El origen se remonta a finales del siglo XIX, cuando unos visionarios invirtieron en la fundidora Monterrey. Debido a la cercanía de minas en Coahuila, la materia prima se fundía aquí; y desde entonces, se han realizado otras inversiones para fundiciones en la región, compartió.
Luego, a finales de los años 70, General Motors y Chrysler se establecieron debido a las acerías y fundiciones. Los coches, y más en ese entonces, tenían muchísimo acero; por lo que era lógico estar cerca de la fuente de la materia prima.
Antes de que crearan al Cluster Automotriz de Nuevo León, ya existía un clúster. Las empresas de capital mexicano más importante, casi todas estaban aquí: Nemak, Metalsa, Vitro, Katcon, y muchas más. En aquel entonces, trabajaban un poco más de 40,000 personas en esta industria en la zona metropolitana de Monterrey.
En un inicio, el concepto clúster se relacionaba con el ejemplo anterior: a la especialización de la región en un sector debido a la agrupación de un determinado número de empresas del mismo giro debido a las condiciones geográficas del lugar, informó Montoya.
Posteriormente, en los años 80, Michael Porter analizó 10 países para saber por qué eran líderes en lo que hacían. Entre ellos, se encontraban Japón, Estados Unidos, Corea, Dinamarca, entre otros. En ese libro, se introduce por primera vez el concepto de clúster como estrategia de desarrollo regional.
El alma de un clúster, como actualmente lo conocemos, se compone de la colaboración, vinculación y sinergias. Su misión es ser una herramienta; su única función es generar colaboración, competitividad y crecimiento, dijo Montoya.
En suma, la historia de Nuevo León ha hecho que se posicione como uno de los principales clústeres automotrices del país: el 20% del contenido nacional de autopartes se produce en la entidad, el sector ha tenido un 45% de crecimiento en los últimos tres años y es el primer lugar en exportaciones y empleo. Además, asociaciones como el CLAUT hacen posibles las sinergias y el impulso de la competitividad con la que cuentan las empresas del estado.
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