La producción de contenido de plástico reciclado está lejos de satisfacer la demanda, lo que plantea importantes desafíos para la industria. Adoptar el último avance tecnológico en la clasificación de hojuelas ayuda a cerrar la brecha entre la oferta y la demanda y brinda a los recicladores una ventaja competitiva en eficiencia y rentabilidad.
La industria del plástico se encuentra en transición y enfrenta una serie de desafíos, de los cuales, el más destacado es la disponibilidad de materias primas secundarias de alta calidad en volúmenes lo suficientemente grandes como para satisfacer la siempre creciente demanda.
En las últimas décadas, las tasas de producción de plástico se dispararon sin precedentes. Según Plastics Europe, la producción mundial de plástico alcanzó los 390.7 millones de toneladas métricas en 2021, de las cuales 352.3 MT son materia prima virgen (90.2%) y solo 32.5 MT (8.3%) de plásticos reciclados post consumo.
Alberto Piovesan, global segment manager plastics en TOMRA Recycling Sorting, comentó que una mirada más cercana a la distribución de la producción total de plástico por tipo revela que las poliolefinas constituyen la mayor parte con tasas de fabricación que ascienden a aproximadamente 180.5 millones de TM. Aunque hay gran abundancia de plástico en el mercado –y se espera un mayor aumento–, las tasas de reciclaje siguen siendo bajas y el acceso a materiales reciclados de alta calidad es limitado. En tiempos en que la legislación y los objetivos de contenido reciclado se vuelven cada vez más estrictos y urgentes, es crucial desbloquear el potencial de las soluciones existentes.
“Un vistazo al estado actual del reciclaje muestra que las infraestructuras para el manejo de residuos –desde su acopio hasta su clasificación y reciclaje– han ido madurando en diversos países alrededor del mundo, pero la capacidad disponible todavía no mantiene el paso de la creciente demanda de resinas recicladas. Se necesita más inversión para establecer soluciones a escala, produciendo los volúmenes y calidades que se requieren. Afortunadamente, algunos cuellos de botella pueden ser solucionados con tecnologías de clasificación de hojuelas basadas en sensores. Como parte del proceso de reciclado, la clasificación de hojuelas reduce la brecha entre la calidad y la cantidad en el caso de las poliolefinas (PO), el polietilen tereftalato (PET) y un creciente número de aplicaciones. Los recicladores utilizando tecnologías de clasificación de hojuelas pueden capturar más tipos de materiales, maximizar el rendimiento y mantener rentabilidad en las operaciones”, finalizó Piovesan.