La inversión en innovación sostenible ayudará a las marcas a captar el creciente grupo de consumidores eco-active. Con uno de cada cinco dólares gastados en productos de gran consumo (FMCG, por sus siglas en inglés) procedente de un consumidor con conciencia ecológica, el estudio de Kantar ¿Who Cares Who Does? demuestra que las credenciales ecológicas son beneficiosas tanto para las empresas como para el planeta.
A medida que la pandemia del Covid-19 continúa poniendo el foco en el medio ambiente, este estudio de Kantar a nivel mundial develó que:
- Los residuos plásticos son la segunda mayor preocupación medioambiental del mundo.
- Los eco-active, el grupo que Kantar identifica como aquel que trabaja de manera consistente para reducir sus residuos plásticos, ha crecido del 16% al 20% de los compradores a nivel global desde 2019.
- Uno de cada cinco compradores afirma que desde que comenzó la pandemia ha adquirido hábitos más respetuosos con el medio ambiente, y el 16% se está centrando en iniciativas más respetuosas con el medio ambiente.
"Nuestros datos siguen sugiriendo que la innovación para reducir el uso de plástico sigue siendo una oportunidad", comentó Natalie Babbage, directora de Global Link Q en la División Worldpanel de Kantar. "Hemos observado que los compradores son muy conscientes de los envases que compran semanalmente y es de suma importancia cuando consideran cómo pueden reducir personalmente su impacto ambiental. Mientras que los compradores han controlado menos aspectos de los alimentos durante la pandemia del Covid-19, los envases reciclados (+4%) y las etiquetas de garantía de calidad (+3%) se controlan más que antes, lo que demuestra la demanda de una alternativa ecológica a los residuos plásticos".
La preocupación por el medio ambiente es personal
En la encuesta realizada a 80,000 consumidores de 19 países constata que casi la mitad (46%) se siente personalmente afectado por los problemas ambientales; sin embargo, son otras personas quienes los alientan a ser más ecológicos. El 38% siente que aquellos cuyas opiniones son importantes para ellos los están impulsando a cambiar, siendo los niños y las niñas los más propensos (50%) a afectar el comportamiento hacia el medio ambiente, seguidos por los amigos y amigas (43%) y las parejas (41 por ciento).
Todavía existen brechas entre la preocupación y la acción a la hora de apoyar las iniciativas ecológicas; el 87.5% dice que comprar productos con un envase reducido es importante para este segmento, pero solo el 20% está segmentado como Eco-Active y lleva a cabo acciones diarias regulares para reducir sus residuos de envases.
"Vemos que la gente eco-active favorece los productos que son naturales o que tienen beneficios para la salud, por lo que lograr su cartera de 382,000 millones de dólares requerirá que las marcas atraigan los estilos de vida de los consumidores", explicó Babbage. "El 37% ve a las empresas fabricantes como la parte interesada más importante para limitar el daño ambiental (los minoristas se consideraron los menos importantes con un 4,2%), pero solo el 22% de la población puede nombrar a un fabricante que hace un buen trabajo cuando se trata de iniciativas sostenibles".
