Actualmente, Tijuana se posiciona como la tercera ciudad industrial del país en cuanto a tamaño y su ubicación cerca de la frontera, la cual ha sido clave para la atracción de inversionistas que le apuestan por su consolidación y crecimiento en la ciudad.
De acuerdo con Solili, en los primeros tres meses del año se instalaron compañías del sector manufacturero, industria tabacalera, e-commerce, algunas enfocadas a etiquetado, alimentos y bebidas. Al cierre de abril 2021, la demanda bruta alcanzó un poco más de 45,000 metros cuadrados y se agregaron 25,000 como nueva construcción.
Asimismo, el 67% de la demanda del primer trimestre fue en edificios especulativos, mientras que el 33% restante correspondió a proyectos ‘hechos a la medida’ o BTS.
El crecimiento del mercado se ha hecho notar con la llegada de nuevas inversiones sobre todo en dos corredores. El primero es Otay-Alamar en donde RMSG edificará un nuevo parque industrial, en el que destacan dos naves que en conjunto alcanzan los 50,000 metros cuadrados. La empresa Vesta también invirtió en un proyecto del tipo especulativo de 30,000 metros cuadrados.
El segundo corredor es El Florido-Boulevard 2000, en el que hay dos proyectos especulativos de Artha Capital y se erigirá un nuevo complejo industrial enfocado al giro manufacturero y logístico, con más de 37,000 metros cuadrados desarrollado por meor.
Esta creciente demanda de espacios industriales que ha experimentado la ciudad en los últimos años, aunada a la disponibilidad cada vez menor, ha hecho que la ciudad resulte atractiva para inversionistas que no tenían presencia en la ciudad y deseen ampliar su portafolio cerca de la frontera.
Los inversionistas prevén que los acuerdos que genere el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), seguirán atrayendo empresas hacia Tijuana, donde la seguridad jurídica y los costos de producción permitirán ponderar los riesgos y dar margen de maniobra a la inversión.
