Covestro, fabricante mundial de polímeros de alta calidad, en su camino hacia una economía circular se ha orientado de forma integral hacia los modelos de producción y negocio renovables, y así abandonar el uso de materias primas de origen fósil.
Para ello, la compañía detalló que ha lanzado al mercado varios productos fabricados mediante materias primas alternativas y climáticamente neutros, mediante tecnologías y procesos de producción basados completamente en energías renovables para la reducción de agentes contaminantes.
A nivel local, Covestro México informó que ha enfocado su estrategia en ayudar a que sus clientes reduzcan su propia huella de carbono y, al mismo tiempo, responder a sus necesidades de negocio, para lo que abrió las puertas de su Laboratorio de Desarrollo de Aplicaciones del área de Recubrimientos y Adhesivos (CA, en inglés), ubicado en su Planta Santa Clara, Ecatepec, Estado de México.
Los materiales desarrollados en el centro de innovación se utilizan en los sectores como el automotriz, de la construcción, infraestructura, calzado, electrodomésticos, entre otros. Las soluciones, precisó, incluyen una gama de resinas de poliuretano base agua para cumplir con las necesidades actuales de la industria de adhesivos y recubrimientos, para así garantizar la sustentabilidad en pisos, vehículos y maderas.
Además, la compañía produce endurecedores para pintura automotriz hechos a partir de biomasa, de los cuales hasta el 70% del carbono de éstos proviene de materias primas renovables, sin afectar sus atributos ni en apariencia ni en desempeño.
De acuerdo con la compañía, a nivel mundial son diversas las empresas que han planteado la adopción de una economía circular para contribuir a la seguridad del abastecimiento y a la protección del medio ambiente, pues actualmente el mercado vive un momento de extrema tensión derivado de diferentes factores, particularmente debido a la escasez y fluctuación de los precios en las materias primas que, según estimaciones del Banco Mundial, su demanda está al borde de experimentar un aumento vertiginoso del 500% hasta el año 2050.
Dicho incremento, impulsado, en gran medida, por la transición de alternativas ecológicas, tal como se ha observado con los coches eléctricos, por ejemplo; pues necesitan más de seis veces el número de minerales que los vehículos convencionales.
Este contexto, consideró, es alarmante, pues presenta un futuro complejo, principalmente para las organizaciones, por lo que su capacidad de reacción y adaptación serán fundamentales para el desarrollo sostenible.
