Al cierre de octubre 2023, la industria automotriz mexicana consolidó su ruta de crecimiento pues, en dicho mes, se obtuvo el mejor resultado de producción en los últimos seis años, el registro más sólido de exportación desde 2005 que inició el RAIAVL y el mejor de ventas en cinco años.
La producción fue de 378,129 unidades, 35.8% mayor que octubre de 2022; y un incremento de 15.9% en el acumulado de enero a octubre de 2023, con respecto al mismo periodo de 2022.
Las exportaciones crecieron 18.1%, en comparación con el mismo mes de 2022, y 14.5% en lo que va de 2023, con respecto a 2022.
Electromovilidad, detonante
José Zozaya, presidente de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), destacó que es muy difícil identificar o calcular la relación entre producción y exportación con nearshoring.
“La relocalización es una gran oportunidad para México, pero de mediano y largo plazo. La industria, al ser el principal sector exportador, y económico del país es la que más posibilidad tiene de atraer inversiones por nearshoring. Pero más importante aún es la oportunidad que representa el cambio histórico de la industria hacia la electromovilidad”.
Zozaya recalcó que esa transformación es lo que le dará al país mayor atractivo de inversión pues se necesitarán muchos componentes nuevos, más tecnológicos, para los vehículos de nuevas tecnologías. “México debe aprovechar este cambio histórico para posicionarse como potencia mundial en electromovilidad. Para eso, es necesario tener una política nacional que promueva este tránsito de manera ordenada y eficiente”.
Vehículos ligeros
México es el 7º productor de vehículos a nivel mundial y es el primero en América Latina. Igualmente es el 4º exportador mundial de vehículos ligeros y el 1er proveedor de autopartes a Estados Unidos, además de ocupar el 4º puesto como productor de autopartes a nivel global.
“La principal razón por la que México destaca es la capacidad de las plantas con las que cuenta nuestro país, así como la fuerza laboral clasificada. Y la clave ha sido que la industria es la de mayor nivel de integración regional en América del Norte gracias al TLCAN y al TMEC. Además, es un ejemplo de integración a nivel mundial. Por eso, como región somos una potencia automotriz”, indicó el presidente de la AMIA.
En México, el sector automotriz es el principal motor de la economía, consumiendo insumos de 219 ramas económicas. En la medida que se vayan planeando nuevas plantas, expansiones o reconversiones de líneas de producción, se abonará a mayor desarrollo de cadenas para satisfacer las necesidades de esos esfuerzos; beneficiando esto provocará la relocalización de los proveedores.
Capacidad instalada
La industria ya está establecida en 13 entidades del centro y norte del país en las que ya se han desarrollado condiciones, infraestructura y fuerza laboral. Cualquier inversionista buscará como principal opción estas zonas donde ya hay capacidad instalada, infraestructura, facilidades logísticas, talento, entre otros.
“Es natural que las inversiones nuevas busquen esas zonas primero, por ser las ya preparadas. Pero al mismo tiempo, debemos aprovechar esta oportunidad histórica para desarrollar capacidades e infraestructura en regiones más rezagadas hacia el mediano y largo plazo, para emparejarlas con el resto del país”, finalizó Zozaya.
