Los tres grandes desafíos para el desarrollo del nearshoring en México: Infraestructura, seguridad y talento

Nacional
Carlos Zegarra.
Abril 2023
Carlos Zegarra, socio líder de Management Consulting en PwC México
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Estar cerca del mercado estadounidense no es suficiente incentivo para moverse. Las empresas que elijan asentar sus operaciones en México lo harán con el objetivo de lograr mayor resiliencia, pero también priorizarán sus costos.

Sin duda, este es un gran momento para México. Y es que hoy, el nearshoring se convierte en un modelo operativo mucho más viable que en el pasado. En las últimas décadas, para lograr la reducción de costos de las cadenas de suministro de las empresas multinacionales se recurría al mercado asiático para producir componentes y bienes diversos. Estos modelos de offshoring eran realmente adecuados y respondían bien a las necesidades de las compañías. Hoy, la historia es distinta.

Durante los últimos años el panorama cambió: ya escuchábamos hablar de la glocalización –que es el poder regionalizar las cadenas de suministro–. Esto implica estar más cerca de los consumidores finales. No obstante, todo este proceso se aceleró a partir de la pandemia, y se comenzaron a diseñar las cadenas de suministro para que fueran resilientes, convirtiéndo éste en el principal enfoque.

La pandemia, en este contexto, no ha sido la única disrupción, hemos transitado –y en muchos casos lo continuamos haciendo– por eventos geopolíticos como el conflicto comercial entre el gigante asiático y Estados Unidos, y la invasión de Rusia a Ucrania. Las disrupciones no cesarán.

En este punto, México es muy importante, sobre todo, por las ventajas muy claras que tiene frente a otros países, ¿la más relevante? Tenemos como vecino al mercado más importante del mundo. Otra gran ventaja que tenemos es el acuerdo comercial T-MEC –ningún otro país tiene un acuerdo con estas características–. Un tercer elemento que incrementa el atractivo es el costo de mano de obra; hoy, más competitivo que el de China.

Pero, no todo es color de rosa. Tenemos aún desafíos importantes que nos puedan restar brillo ante las empresas interesadas en cambiar sus modelos de cadenas de suministro. El primero se relaciona con la infraestructura. Y es que, si bien durante los últimos años se ha invertido en carreteras, puertos y otros proyectos –tan sólo durante el año 2022, entre los sectores público y privado, de acuerdo con información de Bnamericas, se invertirán 768,000 millones de pesos en infraestructura vial y ferroviaria–, aún hay mucho por hacer. Por ejemplo, para las empresas, hoy existe poca disponibilidad de metros cuadrados para instalarse en el norte del país. Este factor, hasta cierto punto, es una buena noticia, porque quiere decir que la demanda es alta, pero también muestra un signo de debilidad en la planificación de escenarios porque están faltando esos espacios. No hemos tenido capacidad de respuesta. Recordemos que lo que buscan los inversionistas es entrar al país de forma eficiente y ágil.

La seguridad es otro de los grandes pendientes en materia –desde hace varios años– y que se relaciona con la existencia de infraestructura. Este factor también forma parte de las variables a tomar en cuenta para los inversionistas. Hemos visto algunos eventos de seguridad aislados, pero otros más concentrados en zonas muy específicas del país. Quizá en el corto plazo no veamos un cambio en esta realidad.

El tercer elemento a tomar en cuenta es el talento. Si bien, como mencionaba, el costo de mano de obra promedio de manufactura es más accesible que en China, es importante dar un paso más, y no sólo tener, por ejemplo, buenos ensambladores, sino que logremos ser los desarrolladores de determinados componentes –generar mayor innovación y desarrollo–. Y es que si seguimos dependiendo de la compra de varios de los componentes en el mercado asiático podemos perder las oportunidades que hoy se nos presentan. ¿Cómo podríamos cerrar la brecha? Creando una estrategia integral público privada que pueda desarrollar al talento entrenándolo en nuevas habilidades.

Estar cerca del mercado estadounidense no es suficiente incentivo para moverse. Las empresas que elijan asentar sus operaciones en México lo harán con el objetivo de lograr mayor resiliencia, pero también priorizarán sus costos, porque tienen que seguir siendo competitivas. Buscarán un balance, y si no encuentran los medios para cubrir sus necesidades, definitivamente no seremos una opción para ellos.

Carlos Zegarra

Tiene más de 20 años de experiencia en Management Consulting enfocado en ayudar a las empresas a alinear su estrategia con sus operaciones, guiando el proceso de transformación desde la definición hasta la ejecución del nuevo modelo operativo apalancado por tecnologías emergentes. Tiene una maestría en Administración de Empresas por la Escuela de Negocios EOI (Madrid, España) y Certificado Profesional Europeo en Gestión de Cadena de Suministro (Escuela de Negocios SAEJEE).