La
Cuarta Revolución Industrial no es un problema tecnológico, sino un problema de
política pública y educativa. La transformación digital no es un fin, es un
medio para reinventar una organización de trabajo centrada en la gestión de las
competencias individuales y colectivas dentro de un ecosistema y no únicamente
en la empresa, así lo dio a conocer Alfred Rodríguez, embajador en México de la
Alianza para la Industria del Futuro de Francia (AIF), quien participó en el
evento: Hacia una Industria del Futuro, propuesta de los industriales de
México, llevada a cabo en las instalaciones de la Cámara de la Industria del Calzado
del Estado de Guanajuato.
Informó
que es importante asimilar y adaptarse a los cambios tecnológicos actuales e
imaginar lo que será la próxima Revolución Industrial y tomar como estrategia
la industria del futuro y el desarrollo del ser humano.
“El
ser humano tiene la principal participación en la industria del futuro, pues no
protegeremos los empleos, pero protegeremos a los empleados”, explicó.
La
Alianza Industria del Futuro es una asociación operadora de la política pública
francesa denominada “industria del futuro”, creada por el Gobierno francés en
abril del 2015. Su desafío es acompañar a las Pymes hacia una industria
conectada, optimizada y creativa.
La
función de la Alianza Industria del Futuro es reunir y poner en movimiento las
competencias y las energías de organizaciones industriales, instituciones
públicas, actores académicos y científicos, así como la integración de diversos
organismos de financiamiento.
Está
conformada por organizaciones industriales, organizaciones académicas, organizaciones
de financiamiento y organizaciones científicas.
PEQUEÑAS EMPRESAS HACIA LA INDUSTRIA
DEL FUTURO
La
AIF brinda un acompañamiento personalizado realizando un diagnóstico a las
Pymes, hasta el momento registra 7 mil empresas diagnosticadas al final del
2018 para llegar al objetivo de 30,000 a finales del 2020.
Se
han realizado acciones en fomento a la innovación, con una inversión pública de
10,000 millones de euros y programaciones específicas para la fabricación
aditiva, tecnologías limpias, inteligencia artificial y oficios del mañana.
Se
trata de la más grande incubadora del mundo y, por ello, brinda acompañamiento
a las empresas pequeñas y medianas mediando acciones público privadas, mediante
la creación de una Universidad Digital con 20 centros de aceleración y un
Factory Lab.
Hasta el momento esta organización cuenta con ocho
embajadores: en Europa cuenta con dos: uno en Alemania y otro en Italia; en
Asia cuenta con tres: Japón, China y Corea del Sur; en América también cuenta
con tres: Canadá, Estados Unidos y México.
