La planta de Topre Autoparts México, ubicada en San Juan del Río, Querétaro, cuenta con una nave de 52,000 metros cuadrados. En ella se despliegan líneas de producción completamente robotizadas, en la que se advierten brazos automatizados que movilizan piezas y sueldan otras, así como enormes máquinas que transforman acero en componentes que acabarán en vehículos de marcas japonesas, ensamblados en México.
La sinergia entre personas y robots es armoniosa, esta permite que desde este centro de manufactura se produzcan alrededor de 180 números de parte distintos, sin que se mezclen entre los millares de piezas que se generan cada día.
No es sencilla esta operación, añadió Salvador Rodríguez Moreno, jefe de seguridad de la planta, durante un recorrido que ofreció a Mexico Industry, se requiere de un personal bien capacitado y una organización tal, que permita un control de los enormes inventarios, explicó.
Mientras el ingeniero da detalles de la producción, una movilización constante de grúas, operadas por humanos, se advierte entre los pasillos con los que cuenta la planta; son tan solo algunos de los 630 empleados que conforman la plantilla laboral de la compañía en el país.
TALENTO MEXICANO
Kazuya Hemmi, presidente de Topre México, había destacado previamente, en entrevista, que es el capital humano mexicano el que ha posicionado a esta planta como la segunda más importante para el grupo, a nivel mundial.
La compañía cuenta además con sites en EE.UU., Japón, China, Tailandia e Indonesia.
“El punto clave del éxito en la planta de México son las personas, los mexicanos. Creo que los mexicanos tienen muchas ganas de aprender la fabricación de los productos, la ideología y tecnología de cómo se tiene que hacer. Tienen una postura muy activa para escuchar y aprender. Una vez que aprenden, mastican muy bien lo aprendido y lo implementan de inmediato. Ellos quieren tener retroalimentación de lo que podrían lograr”, resaltó el líder de la compañía de origen japonés.
El sincretismo de culturas ha sido muy exitoso en esta planta, coincidió Rebeca Reza Flores, gerente de recursos humanos. La disciplina japonesa y su denominado método “5S” [iniciales de sus cinco pilares en japonés: seiri (clasificación), seiton (orden), seiso (limpieza), seiketsu (estandarización) y shitsuke (disciplina)] se han nutrido de la creatividad mexicana, consideró la entrevistada.
“De la parte japonesa, es el tema de orden, limpieza, puntualidad [lo que destaco]. Es una empresa que se sigue rigiendo mucho por esos cinco ejes. El tema de no perder de vista eso nos ha ayudado mucho, porque ves el ejemplo de los directores, gerentes o los asesores, que son los que vienen a cubrir el staff japonés, son los que generan ese compromiso, porque al final te sientes como comprometida a cumplir con lo que ellos hacen.
“[Los mexicanos] somos gente que siempre encontramos la solución a los problemas, es decir, por más de que sean muy técnicos o un tanto difíciles, creo que nosotros siempre tenemos esa respuesta, siempre sabemos qué hacer en esos momentos, sin necesidad de generar un estrés, sin necesidad de irte a los límites de que eso no tiene solución. […] Ellos saben que lo vamos a resolver, y después ellos van a entrar para mejorar ese proceso o irlo guiando, para que al final sea un proceso estandarizado, limpio”, destacó la gerente.
La importancia que aseguran tiene el capital humano mexicano en Topre Autoparts, no quedó solo en palabras durante la pandemia. Kazuya Hemmi, durante el periodo más crítico del confinamiento de 2020, decidió ajustar procesos y turnos, antes que recortar la plantilla laboral.
Esta decisión generó una buena respuesta de los trabajadores, agregó Reza Flores, pues los niveles de lealtad mejoraron en un año, lo que se refleja en la baja rotación que ahora reportan y que ronda el 3.5%, en el área operativa; y 0.5%, en la administrativa.
Además, la compañía procura una constante capacitación para sus empleados, quienes reciben asesorías directas de un equipo japonés. Esta particularidad les permite reclutar personal con poca experiencia, a quienes ofrecen herramientas para desarrollarse en diferentes áreas de esta compañía.
“Para la parte operativa, a pesar de que ya estamos en la zona Bajío o muy cerca de Querétaro, realmente para nuestro proceso no hay [personal] aquí en San Juan del Río. […] A nivel técnico es aprenderlo aquí, es apostarle mucho al tema de capacitación de personal, porque no tenemos ese semejante en cuanto a nuestros procesos dentro del municipio, entonces es una capacitación desde cero en nuestros procesos”, compartió la gerente.
CALIDAD
Esta selección y capacitación del personal es vital, pues los estándares de calidad, que se respaldan en la certificación ISO/TS 16949, deben mantenerse. Además, Topre Autoparts se encuentra en proceso para certificarse en ISO 14001, con lo que sus acciones en favor del medioambiente estarán respaldadas este mismo año, prevén.
Estas condiciones han hecho crecer al grupo en el país, cuya planta en San Juan del Río arrancó operaciones en 2014, con 60 asociados; siete años después, emplea a 630 personas.
“Podemos ver la oportunidad de expandir, empezar a negociar con los europeos y estadounidenses [para ser sus proveedores], pero tenemos diferentes culturas y pensamiento distinto de cómo fabricar los coches. Solamente con los clientes japoneses, ya nuestra capacidad en la planta está llena, mantener relación con ellos es suficiente”, añadió el entrevistado.
Por ello, el presidente de Topre México dijo, en retrospectiva, que la decisión de asentarse en el Bajío fue la mejor, pues la ubicación geográfica no solo ha permitido suministrar a sus clientes, todos OEM japoneses, como Honda, Nissan y Toyota, sino gozar de la seguridad que Querétaro ofrece.
Los buenos resultados en este site han despertado el interés del grupo para invertir en una nueva planta en el país. A decir de Rebeca Reza, esta locación se construiría en Aguascalientes, estado sede de una de las plantas de Nissan en México.
TEMAS RELACIONADOS:
Automotriz