Safran Chihuahua ha aumentado la producción de arneses para el Boeing 737 Max, anunciaron representantes de la empresa.
De acuerdo con el sitio web de la empresa, planta de Safran Electrical & Power en Chihuahua ha trabajado en el Boeing 737NG desde 2002 para alcanzar el pico de su velocidad en 2015.
No obstante, esta relación ha tenido algunos inconvenientes, como los problemas de software en el MAX y luego de la pandemia de Covid-19, pero el programa volvió a la normalidad en 2021 y la recuperación en 2022 se ha acelerado exponencialmente. Por esta razón, El personal en Chihuahua planificó con anticipación la recuperación y tomó las medidas necesarias para abordar el aumento de la carga de trabajo.
TASAS DE PRODUCCIÓN FLUCTUANTES
“No fue solo la crisis del Covid lo que ralentizó nuestro ritmo de producción aquí en Chihuahua, también fue el problema con el sistema MCAS del avión”, explicó Mario Huerta, jefe del programa Boeing 737 MAX en el sitio de Chihuahua.
Después de que el Boeing 737 MAX alcanzara una tasa de producción mensual de 55 en 2018 y 2019, la producción de arneses de cableado colapsó a principios de 2020 cuando se suspendió la producción de aviones en enero. La producción se reanudó en 2021, aumentando de 2 a 25 aviones por mes durante el año.
“Luego de este aumento en la segunda mitad de 2021, tuvimos que planificar con anticipación el aumento de la tarifa mensual esperado de 25 a 40 en 2022”, agregó Huerta.
ANTICIPAR Y RESPONDER
Para enfrentar estos retos, Safran Electrical & Power desarrolló una sólida estrategia de trabajo. “Fue un esfuerzo de equipo extraordinario, que reunió a personas de toda la empresa, incluidos programas, recursos humanos, adquisiciones, ingeniería, producción y calidad”, recuerda Mario. “Nuestros equipos pudieron combinar sus conocimientos, habilidades, experiencia e ideas para elaborar un plan muy efectivo”, agregó Huerta.
Desde que se cerró la producción en 2020, Safran ha fortalecido las comunicaciones con su cliente, con el apoyo del departamento de programas de clientes en Seattle.
De acuerdo con Huerta, gracias a estos esfuerzos, en conjunto con los equipos de Chihuahua y Boeing, la producción se incrementó gradualmente para igualar la tasa de producción del cliente.
El equipo de producción también dio un salto cualitativo, pasando de 17 a 180 empleados, al tiempo que introdujo equipos automatizados para mejorar el rendimiento y consolidar la cadena de suministro.
“Tuvimos menos de seis meses para lograr estos objetivos. Es por eso que decidimos enfrentar el desafío recurriendo a proyectos Lean-Sigma”, declaró Huerta.
Además, en la empresa se llevaron a cabo dos ambiciosos proyectos, ambos transformados en certificaciones Black Belt. El primero, bajo el liderazgo de Mario Huerta, se centró en la excelencia operativa. El segundo, dirigido por Laura Colmenero, gerente de ingeniería de productos de Boeing en Safran Electrical & Power, apuntó a la calidad.
“Para respaldar estos proyectos por primera vez en Chihuahua lanzamos un análisis One Safran de 360 grados que abarca todo el programa. Evaluamos 15 celdas de producción en términos de desempeño de calidad, QRQC, fabricación y criterios de innovación impulsada por los empleados”, compartió Colmenero.
Asimismo, se alentó a todos los empleados a participar en un concurso de mejora del desempeño, lo que llevó a la implementación de 277 “ganancias rápidas”, iniciativas denominadas “Si lo veo, lo trato”, principalmente en relación con la calidad y el desempeño. Este concurso fomentó la sana competencia entre los equipos. Para la empresa, las iniciativas exitosas fueron reconocidas a través de premios.
“Al coordinar y ejecutar de manera efectiva estas mejoras, pudimos enfrentar nuestros desafíos en menos de cuatro meses”, finalizó Huerta.