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Preparación para el cambio, necesaria para hacer frente a los retos actuales

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El ritmo acelerado con que se transforma el mundo dicta la necesidad de estar preparados para el cambio en todo momento. Los asuntos geopolíticos, tecnológicos e incluso el cambio climático, son los factores que países desarrollados y en desarrollo deben poner en su agenda política para aprovechar las oportunidades, gestionar riesgos y desarrollar las capacidades para hacer frente al cambio, todo esto de acuerdo con el Índice de preparación para el cambio 2019 (Change readiness index 2019, CRI, por sus siglas en inglés), realizado por KPMG International.


El cambio climático es una de las problemáticas más apremiantes que enfrentamos como sociedad global. Nuestro informe del 2019 demuestra que no existe un enfoque único para responder oportunamente al cambio y de hecho muestra que hoy muchas economías dependen de que un solo segmento de la sociedad, ya sea el empresarial, el Gobierno o la sociedad civil, asuman la responsabilidad de la preparación para el cambio, pero esto no produce los mejores resultados a largo plazo. La verdadera preparación es cuando cada segmento trabaja en armonía hacia un resultado compartido.


En este sentido, México tiene todavía áreas de oportunidad para poder alcanzar un nivel óptimo de preparación para el cambio. Es importante que se vigile constantemente la estabilidad económica y financiera del país, con el objetivo de que siga siendo una de nuestras principales fortalezas. 


A casi un año del cambio de administración, todavía falta que tanto el Gobierno como la iniciativa privada logren una mejor integración con el objetivo de diversificar las áreas económicas. Igualmente, es imperativo que se trabaje en el mejoramiento de la seguridad pública, para ofrecer mayores garantías a los inversionistas.


Los países europeos lideran el camino hacia la sustentabilidad empresarial, la cual analiza el papel del sector privado para enfrentar el desafío de la preparación nacional y la respuesta al cambio climático y la degradación ambiental. Las medidas para la sustentabilidad empresarial incluyen emisiones de CO2 por unidad de producto interno bruto (PIB) y la proporción de energía renovable en uso por país.


El CRI 2019 también revela que los más susceptibles a los riesgos climáticos son en su mayoría países de ingresos bajos y medio-bajos. Las naciones más pobres se enfrentan a un doble desafío ante el cambio climático: un mayor riesgo de los impactos negativos que genera y una menor capacidad para implementar políticas e instituciones listas para afrontarlo. 


Es preciso que las empresas, la sociedad civil y las instituciones de Gobierno empiecen a trabajar juntos en estrategias que permitan dar respuesta a la creciente amenaza del cambio climático. Solo así podremos estar preparados para las consecuencias de las acciones humanas sobre la naturaleza, siendo resilientes y desarrollando capacidades de adaptación en esta nueva era.



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