La instalación de plantas desalinizadoras para obtener agua de calidad y apegada a procesos responsables es una herramienta eficaz para la industria minera en México, que puede desempeñar un papel fundamental en el cuidado del vital líquido y que, a su vez, obtendría una nueva ventaja competitiva.
De acuerdo con la compañía Black & Veatch, utilizar agua del mar para las operaciones mineras, es tendencia en países como Chile, donde el 83% de las plantas en operación corresponden al gremio minero, que necesita el líquido para procesos de extracción y limpieza de minerales, así como para el uso de los trabajadores de la mina.
“La desalinización desempeña y desempeñará un rol clave en el abastecimiento de agua para la minería por tratarse de una tecnología madura, probada y que ofrece una solución sostenible, que evita el uso de aguas dulces, lo que ayuda a reducir el estrés hídrico de algunas zonas”, comentó Pablo Peñaranda, director de desarrollo de negocio de Black & Veatch para América Latina.
La utilización del agua del mar para abastecer las necesidades de las minas es también parte de una estrategia, ya que la industria requiere un tratamiento estricto de las aguas residuales que genera para no afectar el medio ambiente.
Pero en estos procesos, el gremio puede ejecutar otras prácticas responsables que no dependen de la instalación de una planta desalinizadora, por ejemplo, el fomentar la colaboración con diversas partes interesadas, incluir un monitoreo y medición del consumo que se genera de agua, capacitación y reutilización del agua proveniente de la lluvia.
También, el tratamiento de aguas residuales y reciclaje a través de un circuito cerrado, el uso eficiente, la inversión en tecnologías avanzadas como sistemas de filtración que permitan la recuperación del líquido, y la gestión responsable de control de fugas o residuos.
La ventaja competitiva que pueden obtener las minas en México al usar normas amigables con el medio ambiente para conseguir agua acompaña a los nuevos criterios de sostenibilidad de los inversionistas internacionales, que mantienen en expansión su interés por la industria.
“El principal desafío de estas plantas son sus costos de Capex y Opex, en comparación con los costos asociados a la utilización de aguas continentales, ya que se requiere menor procesamiento, menor intensidad de consumo de energía”, detalló la compañía, que también señaló que “la conducción de agua desalinizada requiere del tendido de cientos de kilómetros de extensión de cañerías y de varios puntos de bombeo intermedio hasta el destino final”.
Existen múltiples áreas de oportunidad en el cuidado del agua para las industrias mineras en México, ya que en el 2021, refirió Black & Veatch con datos del Sistema Nacional de la información del Agua (Sina), se registraron 8,491 sequías, con al menos 71% consideradas severas.
Un panorama que la empresa complementó con citas del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Unep), que indicó que, en el 2020, el 24% de las cuencas hidrológicas de la región experimentaron sequías o inundaciones.
“Aunque estas transformaciones están ampliamente asociadas con el cambio climático, la industria tiene la responsabilidad de implementar tecnologías que permitan hacer un uso más eficiente de este recurso para garantizar sus operaciones y disminuir su impacto en el medio ambiente”, sostuvo.
Las estrategias del cuidado del agua en la industria minera y las diversas herramientas que el gremio puede utilizar, fueron dadas a conocer en el marco del Día Mundial del Agua, donde se promueven campañas y medidas eficaces para el consumo y aprovechamiento del vital líquido.