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Organizaciones plantean cambios tecnológicos en política industrial

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El sector industrial debe apostar por la generación de una política industrial moderna, con visión de mayor bienestar social con bases productivas, así lo dio a conocer José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo y Crecimiento Económico de la Confederación de Cámaras Industriales de los Estados Unidos Mexicanos.

Informó que la política industrial que se refiere a industria como agroalimentaria, manufacturera, energética, construcción y servicios estratégicos, conllevan a una competitividad Industrial Sistémica y a su vez a encadenamientos productivos con contenido nacional y valor agregado, así como a un sistema de generación y transferencia de innovación.

“La acumulación de capital es muy positivo, pues esto ayuda también a la innovación y progreso tecnológico, empleo formal y fortalecimiento del capital humano, lo cual  trae como consecuencia el crecimiento económico y el bienestar social productivo”, manifestó.

Aseveró que existen diversas justificantes para no llegar a un desarrollo económico total como es los rezagos estructurales del país, el comercio exterior y las nuevas reglas de negocio, la competencia con China y el Pacífico asiático, así como la rapidez con la que las empresas deben adaptarse a los adelantos tecnológicos como el internet de las cosas e industria 4.0.

Reiteró que la propuesta es avanzar hacia una política industrial globalmente productiva, competitiva y de inclusión social en el país.

Detalló es necesario que por 20 años se mantenga un crecimiento del 5% en el PIB, lo cual propiciaría la creación de un millón de empleos formales bien remunerados por año, se reduciría la pobreza en 12 millones de personas y se elevaría la inversión total de 22% a 35% del PIB.

“Es necesaria una participación de contenido nacional en exportaciones por un 30% e incrementarlo a 40% en seis años, esto nos daría un crecimiento sustentable, comprometido con el bienestar y el medio ambiente”, añadió.

Detalló que México debe transitar de la estabilización macroeconómica a un crecimiento económico socialmente incluyente.

Dado lo anterior, planteó un escenario del 2018 al 2030 con una economía del conocimiento generadora de bienestar social y desarrollo productivo, mismo que se desarrollaría en 4 etapas. La primera se refiere a la reindustrialización de la base transformadora y de maquila; la segunda etapa sería crear manufactura de valor agregado, fortalecimiento de los encadenamientos productivos y construir bases de cadenas globales de valor mexicanas.

La tercera etapa se refiere a la consolidación de cadenas globales de Valor Mexicanas y la cuarta etapa a consolidar al país con una economía del conocimiento.

“Tenemos seis grandes pilares de la política industrial, tienen que ver con manufacturas con producción nacional competitiva de insumos intermedios con maquinaria y equipo, además de la implementación de la política de suelo parejo. El sector de la construcción deberá trabajar bajo un esquema a largo plazo.

Además se deberá desarrollar el sector energético para elevar la productividad y la competitividad de las empresas, otra será la creación de la banca de desarrollo industrial, otra más será la creación de zonas especiales económicas (ZEE), en alianza para el desarrollo social y crecimiento económico e industrial de la ZEE del Sur-Sureste y finalmente la creación de un modelo de competitividad industrial sistémica”, finalizó.


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