El fenómeno del nearshoring ha beneficiado principalmente a los estados del norte del país y entre los sectores industriales ha sido el automotriz el que ha captado una mayor inversión. Sin embargo, este fenómeno comienza a cobrar efecto en la industria aeroespacial.
“El fenómeno es real y viene fuerte. Tenemos cada día más empresas y personas de otras partes del mundo, principalmente de la región Norteamérica, buscándonos para tres tipos de acciones: si tienen presencia en México, incrementar sus operaciones; contar con empresas proveedoras en la región; e instalarse en el país”, dijo Carlos Robles, presidente de la Federación Mexicana de la Industria Aeroespacial (Femia).
Explicó que las empresas ya instaladas ven la necesidad de crecer o aumentar la operación que ya tienen en México. Hay otras que no buscan tener una operación propia, pero sí quieren ampliar su base de proveeduría a través de empresas instaladas en México. Y también hay compañías que buscan establecer su operación porque consideran estratégico estar cerca del mayor mercado que es Estados Unidos, por lo que realizan un greenfield o están abiertas a adquirir una operación que pudiera estar en venta en el país.
Para Robles es a través del desarrollo de proveedores donde la Femia observa una mayor oportunidad para captar este tipo de capital extranjero, seguido de la expansión de actividad y nuevas inversiones.
“Hay operaciones que tienen dinero y que quieren abrir en México, pero en términos de volumen lo más atractivo va a ser el desarrollo de proveeduría porque se están beneficiando de empresas que ya están establecidas, tienen capacidad y que tienen la oportunidad y costo correcto para atraer más piezas”, consideró.
En el caso de Querétaro, el nearshoring ha tenido un impacto positivo en la inversión y, sobre todo, en la ampliación de las empresas ya instaladas, que están incorporando nuevos procesos de manufactura avanzada, reconoció Antonio Velázquez, director general del clúster Aeroespacial de Querétaro.
“Este fenómeno va a continuar sobre todo por los beneficios que tiene México, por ejemplo, estar cerca de Estados Unidos y de Canadá, los tratados de libre comercio con los diferentes países, su población joven dispuesta a capacitarse para formar parte de las empresas globales. México está en una muy buena posición para continuar con la atracción de las empresas aeroespaciales y de otros sectores a nivel internacional”, mencionó.
Safran, Honeywell, Bombardier, GE y Space X, añadió Jaime Pérez Ayala, presidente del Monterrey Aerocluster, son algunas de las empresas que tienen presencia en México y que han mostrado un mayor dinamismo en el desarrollo de proveeduría en los últimos años, por ejemplo.
Erik Palacios, director ejecutivo de Monterrey Aerocluster, comentó que en 2022 y lo que va de este año se observa una mayor cantidad de empresas interesadas en llegar a México y se encuentran evaluando en qué polo asentarse, por lo que a finales del 2023 y 2024 se comenzará a escuchar acerca de las inversiones en el sector aeroespacial.
En México hay cinco polos principales de desarrollo aeroespacial: Baja California, Chihuahua, Nuevo León, Querétaro y Sonora.
Adicional a ello, Guanajuato, Yucatán, Aguascalientes y Durango son estados que pugnan de manera activa por atraer empresas y ser parte de la cadena de esta industria que genera empleos bien remunerados y transferencia de tecnología. Algunos incluso ya cuentan con operaciones de algunas empresas.
Operaciones como maquinados, arneses, casting, sheet metal, materias primas como titanio, inconel, aluminios, grados especiales y procesos relacionados con ellos son lo que están buscando las aeroespaciales.
Es por ello que obtener la certificación AS9100, que es la norma que define el diseño y la fabricación de productos aeroespaciales estandarizados, incluyendo piezas, componentes y conjuntos, es la tarea principal en la que se han ocupado las distintas organizaciones. Para Pérez Ayala, carecer de la certificación es la principal limitante para las empresas, pues existen firmas que realizan operaciones de sheet metal y maquinados, pero que al no contar con esta norma se quedan fuera de la cadena.
En el clúster impulsan un sistema de acompañamiento para que las empresas que cuenten con ISO alcancen la certificación de AS en un periodo corto de cinco a ocho meses con la ayuda de entrenadores, dado que el periodo promedio es de un año y dos meses.
“La estrategia del clúster es ayudar a las empresas a que se suban al AS9100 con un programa que se está desarrollando de acompañamiento e implementación del sistema”, comentó.
Para Palacios, adquirir esta certificación no solo les permite a las empresas la posibilidad de proveer a las aeroespaciales, sino que, al eficientar su cadena de producción, incrementa su competitividad, además de que este ahorro paga prácticamente la certificación y deja retornos interesantes.
Actualmente, son cinco empresas en su mayoría del sector de metalmecánica las que participan en el programa y para la segunda mitad del año se espera que sean entre cinco y seis las que se sumen a la iniciativa.
Según estimaciones del aeroclúster, al año se podrían sumar 20 empresas por año al ecosistema aeroespacial de la región.
“El nearshoring es un fenómeno que está sucediendo y tenemos que aprovechar la oportunidad que es única para México de llegar a desarrollar la proveeduría mexicana, de lo contrario llegarán, y ya lo están haciendo, empresas de otros países, principalmente de China, para hacerlo. Nosotros como clústeres tenemos que ayudar a las empresas de nuestros estados para poder llegar a desarrollarlos más rápido en AS9100 para que esas oportunidades se queden con empresas mexicanas”, concluyó Pérez Ayala.