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México es un actor global en la industria automotriz y lo será en el futuro

Abril 01, 2017

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La revolución viene de la mano de los automóviles eléctricos

 

El 85% de los directivos del sector automotriz están convencidos de que en el futuro se generarán más ingresos con el ecosistema digital que girará en torno a la industria, que únicamente con la venta de vehículos.

 

Al respecto, Albrecht Ysenburg, socio líder de la industria automotriz de KPMG en México, comentó: “Los resultados de la encuesta de este año muestran que la industria automotriz se encuentra entre dos mundos: uno conectado y otro desconectado, sin que se prevea una fusión entre ambos en el largo plazo. Lo que necesitamos es una dimensión adicional, en la cual estos dos mundos coexistan y estén interconectados.  Todavía no se decide quién ocupará qué lugar en la nueva cadena de valor. Sin embargo, no hay duda de que el cliente tiene que ser el centro de esta órbita que acaba de surgir”.

 

Los fabricantes de equipos originales (OEM, por sus siglas en inglés) planeaban blindarse contra el futuro y enfocarse en la era digital y en la conectividad, en virtud de que calificaron estas dos tendencias como las número uno. No obstante, este año, los vehículos eléctricos de batería volvieron a colocarse en el primer lugar de la lista con 50% de los directivos clasificándolos como la tendencia más importante, por delante de la digitalización y la conectividad.

 

Ysenburg explicó: “Es contundente que los OEM se encuentran en un dilema entre tomar las decisiones de inversión correctas, cumplir con los objetivos de emisiones de CO2 y gestionar diferentes ciclos de desarrollo. En definitiva, los motores clásicos de combustión interna seguirán siendo importantes desde el punto de vista tecnológico. Sin embargo, hoy en día, son socialmente inaceptables”.

 

El ensamble de tecnologías de transmisión que no dañen el medio ambiente no será suficiente para lograr un avance en la movilidad eléctrica. Los líderes empresariales apoyan de manera importante los vehículos eléctricos, pero por otro lado, se cuestionan sobre las normas, la infraestructura, utilidad y suministro de energía; asimismo, la aplicación significativa de automóviles eléctricos de batería completa requiere ser más clara.

 

La cantidad de vehículos vendidos dejó de ser el factor determinante: “Para la industria automotriz, esto implica que la mera rentabilidad del producto es obsoleta.  El éxito de los OEM no se evaluará solamente por la cantidad de vehículos vendidos, sino por el valor de los clientes a lo largo de todo el ciclo de vida, especialmente cuando el ecosistema digital esté listo para el mercado”, afirmó Ysenburg.

 

Lo que cambiará las reglas del juego y que será auténticamente disruptivo, será el ecosistema digital del vehículo y de ahí provendrán las nuevas fuentes de ingresos. De esta manera, 85% de los directivos del sector consideran que en el futuro el ecosistema digital generará más ingresos que la venta del auto en sí mismo.

 

El sector automotriz tiene que manejar, al mismo tiempo, tres tipos de tendencias de aquí al 2025. Por un lado, continuar con la evolución del mercado actual (racionalización de la producción, crecimiento en los países emergentes, comercialización de vehículos híbridos, etcétera), y por otro, afrontar la revolución y la disrupción que suponen muchos de los avances que están surgiendo en el ámbito de la movilidad.

 

La revolución viene de la mano de los automóviles eléctricos, pero la disrupción, aunque en parte ya está llegando a través de los vehículos compartidos, se producirá principalmente como consecuencia de los autos sin conductor; la conectividad y la digitalización de los vehículos; y la creación de valor, por lo tanto, ingresos, procedentes del ‘big data’.

 

“Para la industria automotriz en México, 2016 fue un buen año para alcanzar aproximadamente 1.6 millones en ventas de automóviles en el mercado nacional y llegar a niveles de producción de alrededor de 3.5 millones. Con esto, México ha fortalecido su posición como un actor global. Las perspectivas son difíciles de pronosticar considerando las condiciones macroeconómicas que México enfrenta en este momento. Los factores macroeconómicos que probablemente tendrán un impacto en la industria automotriz en México son el llamado ‘Factor Trump’, la devaluación del peso y el aumento en los precios de la gasolina, entre otros, siendo estos tres los más importantes. México es hoy un actor global en la industria automotriz y también lo será en el futuro. Los modelos de negocio existentes tendrán que cambiar y México tendrá que buscar nuevas oportunidades en otros mercados. El mercado automotriz estadounidense solo cuenta con aproximadamente 16% del mercado mundial: hay muchas oportunidades esperándonos”, aseguró Ysenburg.


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