En 1991, Especialistas en Turbopartes (ETU) se fundó como una empresa de manufactura para la industria rotodinámica, que proveía a fabricantes de turbinas de generación de energía; sin embargo, la expansión del sector aeroespacial en Querétaro los llevó a entrar en este mundo, del que ya son proveedores Tier 1.
Jatziri Barrios Porras, fundadora y directora de la compañía, habló ante miembros de la Federación Mexicana de la Industria Aeroespacial (Femia) sobre la incursión de ETU en este sector y la travesía que han emprendido para convertirse en suministradores del más alto nivel, a través del webinar “Pymes incursionan en la industria aeroespacial”.
Primeramente, la empresaria exhortó a las pequeñas y medianas empresas a conocer las particularidades de la aeronáutica, que consideró como el rubro que tiene una “verdadera oportunidad en México”, sobre otras subindustrias como la espacial o defensa, que registran poco desarrollo en el país.
Después les pidió tener claridad sobre los niveles que componen la cadena de valor piramidal, en cuya punta se ubican las OEM, seguidas de las Tier 1, Tier 2 y Tier 3, respectivamente.
“La pirámide tiene una razón de ser, la aeroespacial es una industria de alta especialización, todos los productos deben llevar una trazabilidad en la configuración de cómo se hacen, desde el molino hasta que se ensambla, deben llevar altos niveles de cumplimiento, con requerimientos de calidad y de ingeniería, así como de los controles impuestos por el mismo cliente”, expresó.
DE TIER 3 A TIER 1
Fue ese conocimiento sobre el ecosistema aeroespacial lo que permitió entrar a ETU al mundo de la aeronáutica, permanecer en él y escalar en la pirámide de valor.
Barrios Porras narró dicha “odisea”. Luego de consolidarse en la industria rotodinámica, en el 2008 la empresa se diversificó con una nueva unidad de negocio de desarrollo tecnológico.
Más tarde, en 2010, fundaron la división aeroespacial y dos años después iniciaron su primer producto aeroespacial como Tier 3.
“Hacemos unos pequeños fittings de acero para una empresa de motores de propulsión en Querétaro”, recordó la directiva.
En 2014, empezaron su conversión de empresa Tier 3 a Tier 2, con la fabricación de bearing carriers para trenes de aterrizaje.
A partir de 2017 se conviertieron formalmente en proveedores Tier 2, ya con contratos para fabricantes internacionales, como Senior Aerospace, Fokker y Honeywell Aerospace. Dos años más tarde, dan el salto como Tier 1, al suministrar a Airbus Helicopters en Querétaro.
La fundadora de ETU compartió que su incorporación a la aeronáutica la lograron sin tener la certificación AS 9100 (sistema de control de calidad centrado en la calidad aeroespacial).
“Teníamos ISO 9001. Se nos acerca nuestro cliente, un Tier 2, nos audita, revisa nuestro sistema de calidad, nos da ciertas observaciones, se implementan mejoras, pero él nos acepta el producto con ISO 9001. Era un producto con cierto riesgo, no era un producto terminado, el material nos lo dan a consignación; fue una manera, con bajo riesgo, de entender y conocer en qué consistía la industria aeroespacial”, reflexionó la empresaria.
A partir de esta experiencia, Jatziri Barrios conminó a los empresarios a dar el primer paso con el sistema de calidad que tengan actualizado y posteriormente obtener el AS 9100. En caso de no contar con certificación alguna, recomendó apostar por el de calidad aeroespacial.
“La oportunidad es muy grande, nosotros medimos esa oportunidad, decidimos que valía la pena certificarnos y lo hicimos”.
Tras la certificación, su consolidación como Tier 2 y posterior paso[51] a Tier 1, así como su experiencia como exportadores, decidieron apostar en mayor medida por la aeronáutica y construye[52] ron una nave de 1,400 metros cuadrados, equipada con infraestructura para atender al mercado aeroespacial, con laboratorio y oficinas.
OPORTUNIDADES
A pesar del difícil periodo por el que atraviesa el sector aeroespacial mundial, Especialistas en Turbopartes sigue creciendo. Su fundadora advierte incluso oportunidades en el corto y mediano plazo.
“Un dato importante es el valor de las exportaciones. En 2019, México cerró con más de 9,000 millones de dólares de exportaciones, de las cuales, menos del 10% fue de contenido mexicano, eso significa que las grandes exportadoras en México tienen un gran reto, sustituir importaciones y desarrollar la cadena de proveeduría en el país”, subrayó.
En este punto, enumeró otras oportunidades, como el impacto de la pandemia en este sector y la guerra comercial entre China y EE.UU., que llevó a las OEM aeronáuticas a plantearse la necesidad de diversificar la cadena de valor, para poder mitigar el riesgo por centralizar su proveeduría.
“[La industria] está enfocándose en desarrollar cadenas de proveeduría regionalizada, ya sea en Asia-Pacífico, Europa Central, Norte de África y Norteamérica”, expuso la ponente.
México tiene amplias oportunidades de capitalizar estos movimientos, agregó, y es que la mano de obra calificada y su mayor sofisticación, posicionan al país en una mejor circunstancia que otras naciones emergentes e incluso a la par de las europeas y norteamericanas.
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