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La importancia del capital emocional y la gestión de emociones

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La importancia del capital emocional y la gestión de emociones


Por Said Pulido

El capital humano es fuente de innovación, desarrollo y resultados en las organizaciones. A grandes rasgos, lo conforman aspectos como educación, formación, experiencia, habilidades, conocimientos, valores y actitudes que aportan las personas a un lugar de trabajo – activos que las empresas no poseen, per se, sino que contratan a través de sus colaboradores.


Un activo no tan explorado, pero igual de relevante, es el capital emocional. Y es que a través de ambos conceptos es posible crear estructuras altamente eficientes y productivas al interior de las organizaciones.


En ese sentido, podemos decir que no solamente las personas tienen emociones o estados de ánimo, sino también los equipos de trabajo. De hecho, las mismas organizaciones tienen características que forman parte de su cultura interna. Por ello, saber manejar dichas emociones y gestionar los cambios necesarios, en los momentos adecuados, puede llevar al éxito.


En términos generales, se nos ha dicho que debemos ser prácticos y racionales, pero pocas veces se nos habla del manejo de emociones. Sin embargo, éstas forman parte de nuestra forma de ser y actuar día a día. Como seres humanos, no nos podemos separar en dos o ser seres sin emociones, así que lo mejor es entenderlas y aprender a comunicarlas y aprovecharlas.


Existen cuatro funciones de las emociones que debemos entender y manejar: adaptación, información, motivación y socialización. Como seres humanos, necesitamos de las emociones. Sin emociones no suceden las cosas, no hay pasión en las personas. Además, contrario a lo que se dice y piensa, no es posible tomar decisiones sin emociones.


Las organizaciones deben trabajar en su capital emocional, en aquellos aspectos que motivan a las personas para que vayan a trabajar día tras día. Después de todo, el capital emocional conlleva a un mejor desempeño y a una mayor productividad, sino que es el vínculo que retiene a las personas en las organizaciones más allá de otras cuestiones.


La pasión se contagia y las empresas deben generar emociones positivas para generar apertura, lealtad y confianza. Las emociones no son indiferentes en el lugar de trabajo. Son recurso que se deben aprovechar y maximizar para el beneficio tanto del capital humano como de la organización en conjunto.


¿Qué se hace en tu empresa en torno al capital emocional? 

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