El crecimiento económico de un país se refleja en su producto interno bruto (PIB), y el estado de Jalisco ha experimentado un dinamismo importante en este aspecto. Hasta el cierre del año 2021, el PIB de Jalisco alcanzó la cifra de 1,186,919 pesos, situándolo como una de las principales economías dentro del país.
Roberto Arechederra Pacheco, secretario de Desarrollo Económico, explica que este logro es el resultado de una combinación de factores como infraestructura sólida, condiciones económicas favorables y un ambiente propicio para los negocios. Este último aspecto es lo que ha impulsado el fenómeno de la relocalización, convirtiendo a Jalisco en un destino natural para muchas empresas.
En el transcurso del 2022, Jalisco registró una inversión extranjera directa de 2,894 millones de dólares, lo que representa un incremento significativo con respecto al año anterior. Este aumento consolidó al estado como el tercer lugar nacional en términos de atracción de inversión extranjera. Entre las industrias que atrajeron la mayor inversión se encuentra la manufacturera, la cual cerró el año con una captación de 1,131 millones de dólares.
Este crecimiento económico y atracción de inversiones ha generado un impacto positivo en el empleo y en la generación de nuevas oportunidades laborales en Jalisco. La tasa de desempleo se mantiene en niveles bajos, y los salarios ofrecidos por las empresas, especialmente en el sector de alta tecnología, son atractivos, contribuyendo así al bienestar de la población.
“La presencia de Jalisco en eventos internacionales es un claro indicador de su relevancia en el panorama económico. Ejemplo de ello es su participación en la feria industrial más importante del mundo, celebrada en Hannover. Esta participación fue resultado de la colaboración con la Asociación Mexicana de Secretarios de Desarrollo Económico y otros estados como Querétaro, Aguascalientes, San Luis Potosí y Nuevo León. Esta presencia en eventos de alcance mundial demuestra la visión de Jalisco como un jugador clave en la economía global”, comenta Arechederra.
Además, advierte que, si bien Jalisco no es una región que cuente con ensambladoras de automóviles, sí destaca en la industria de proveeduría para el sector automotriz, incluyendo camiones y motocicletas. Sin embargo, su mayor fortaleza reside en la industria de alta tecnología. Jalisco se ha convertido en un polo de desarrollo tecnológico y de innovación, atrayendo la atención de empresas transnacionales provenientes de lugares tan diversos como India, China e Inglaterra.
Este auge tecnológico no es una casualidad, sino el resultado de una estrategia bien orquestada. Un ejemplo es la iniciativa Jalisco Tech Hub Act, que busca alinearse con la política CHIP Act del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, para fortalecer el ecosistema tecnológico en Jalisco.
EJES ESTRATÉGICOS
La estrategia industrial jalisciense se enfoca en tres pilares fundamentales: talento, incentivos y desarrollo.
El primer pilar, el talento, se concentra en formar una base de jóvenes talentosos y capacitados, capaces de aprovechar las oportunidades que ofrece la relocalización de empresas. Para ello, se busca ajustar los programas educativos de las universidades a las necesidades de las empresas, garantizando que los egresados posean las habilidades requeridas por la industria. Cabe señalar que esto no es nuevo en la entidad, pues desde hace al menos un par de décadas, la academia ha trabajado de la mano con la IP y el gobierno para desarrollar modelos educativos basados en un esquema de triple hélice.
Los incentivos, el segundo pilar, están diseñados para fomentar tanto la inversión como el crecimiento de las empresas en Jalisco. Se ofrecen programas de apoyo financiero que abarcan desde la atracción de inversión hasta el desarrollo de proyectos de alta tecnología, incluyendo maquinaria, equipos solares y software.
El tercer pilar se refiere al desarrollo de infraestructura y la inclusión de proveedores en las cadenas de valor. Se promueve la participación de micro, pequeñas y medianas empresas en la industria, contribuyendo al crecimiento del ecosistema tecnológico en el estado.
Un ejemplo tangible del compromiso de Jalisco con el desarrollo tecnológico es la creación de parques de alta tecnología. De hecho, se está trabajando en el desarrollo de un parque en Acatlán, al sur de la ciudad, con el objetivo de convertirse en un epicentro de innovación y tecnología. Para ello, trabajan en sinergia con la Asociación de Parques Industriales del Estado de Jalisco (APIEJ), están acelerando la construcción de parques industriales y atrayendo a más empresas.
HAY AGUA Y ELECTRICIDAD
“Jalisco no solo se enfoca en la atracción de inversión, sino también en garantizar el suministro de recursos esenciales para el crecimiento empresarial”, explica el titular de la SEDECO. “La generación de electricidad y el abastecimiento de agua son dos aspectos clave para el desarrollo industrial”. En respuesta, se creó el Fondo Energético del Estado de Jalisco, que financia la construcción de subestaciones eléctricas y garantiza un suministro confiable y sostenible de energía para las empresas.
Por otro lado, “el problema del agua en Jalisco está solucionado para los siguientes años, no tenemos un problema a la vista en este momento, derivado de las obras que se han hecho en distintas presas del estado para proveer el recurso a largo plazo”, advierte Roberto Arechederra.
En cuanto a la infraestructura administrativa, el funcionario asegura que la administración tapatía se destaca por su agilidad en la tramitación de permisos. La firma de acuerdos con municipios ha permitido reducir los tiempos de obtención de permisos de construcción a menos de 30 días, brindando certeza y rapidez a las empresas que desean establecerse en el estado.
Jalisco se ha convertido en un referente de crecimiento económico y tecnológico en México. Su enfoque en el talento, los incentivos y el desarrollo, han atraído inversión extranjera, también ha fomentado la creación de empleo de calidad y posicionado al estado como puntero en la industria de alta tecnología, posición que podrían fortalecer con los flujos futuros de inversión esperados de la industria electrónica como consecuencia del nearshoring.
