La última milla representa el tramo final de la cadena de suministro, desde la producción al consumo. Generalmente, comprende desde las bodegas o centros de distribución hasta el cliente final.
Mario Monsreal, research scientist del Texas A&M Transportation Institute, dio a conocer que aunque la última milla hace referencia a un pequeño tramo, representa un alto costo en las operaciones logísticas, aproximadamente del 25 al 50% del costo total de envío.
Es sumamente relevante para el nivel de servicio y satisfacción del cliente, típicamente se mezcla con la primera milla en la logística inversa.
“Además, el crecimiento del comercio electrónico ha exacerbado la logística en la última milla. Algunas industrias en Estados Unidos están presentando un crecimiento anual de un 7% y esto requiere de lidiar con estas operaciones”, comentó.
Informó que los últimos 50 pies representan el tramo desde el espacio de carga-descarga de la unidad en la calle hasta la entrega al cliente final, implica la maniobra de descarga, el recorrido en acera, intersecciones, acceso a edificios, traslado vertical, entre otros.
Por el crecimiento del comercio electrónico los envíos son cada vez más pequeños y frecuentes, se ha presentado una densificación en el espacio comercial e industrial, problemas con el sector del transporte, restricciones en las horas de operación, disminución del tiempo de entrega por nuevos modelos de negocio, sistemas alternos de envío y entrega, así como la “uberización” y economía de trabajo temporal.
Mario Monsreal determinó que las estrategias se agrupan en tres aspectos: área de acera, para gestionar el espacio físico; repartidor-receptor, para entregas más eficientes; y administración y aplicación, para el uso efectivo de los recursos para mejorar las condiciones de entrega.
En área de acera sugirió que se deben realizar diversas mejoras en la zona de carga, gestionar la demanda del área de acera mediante una asignación de uso y duración, precios para áreas comerciales, estacionamiento inteligente y áreas de preparación para vehículos de entrega.
Además, se deberá realizar una compartición del espacio, contar con un carril flexible de acera, señalética clara y espacio peatonal, y de entrega compartido.
En la relación repartidor-receptor, dijo que se deberán consolidar las entregas con centros específicos y estacionamientos, además de contar con casilleros de entrega. Realizar mejoras en los edificios mediante la zonificación y codificación de zonas para cargas y descargas, así como brindar opciones a vehículos de baja emision, autónomos y no motorizados.
Finalmente, en lo referente a la administración y aplicación, mencionó que se deben contar con zonas de bajas emisiones, restricciones vehiculares, permisos de estacionamiento temporal, tecnologías de recolección de datos, software de consolidación de envíos, sensores de ocupación para zonas de carga/descarga y asistencia de navegación para estacionamiento.
El Texas A&M Transportation Institute es el más grande de Estados Unidos y el mundo, cuenta con más de 400 investigadores y una media de 700 proyectos anuales desarrollados. Está tradicionalmente enfocado en investigación dura en transporte. Cuenta con campos de prueba, laboratorios, investigaciones en vehículos autónomos. Actualmente, está activo en más de 52 países.
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