Con 64 años de trayectoria, Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura (FIRA) es una institución enfocada en los sectores agropecuario, forestal, pesquero y medio rural del país.
FIRA se dedica específicamente a impulsar y desarrollar las actividades económicas de productores, empresas y demás participantes que están relacionados con la integración de las cadenas de valor agroalimentarias.
Osvaldo Ramírez, representante de FIRA, comentó acerca de los proyectos que se han estado realizando a lo largo de 64 años de existencia de este fideicomiso.
FIRA también otorga apoyo para actividades de capacitación
empresarial, asistencia técnica, consultoría, transferencia de tecnología y fortalecimiento
de competencias, con el fin de mejorar la competitividad y sostenibilidad de
las empresas y productores del medio rural, así como de los intermediarios financieros.
FIDEICOMISOS
FIRA
Fondo de Garantía y Fomento para la Agricultura, Ganadería y Avicultura (FONDO), que se creó en 1954.
Fondo Especial para Financiamientos Agropecuarios (FEFA), fundado en 1965.
Fondo Especial de Asistencia Técnica y Garantía para Créditos Agropecuarios (FEGA), que nació en 1972.
Fondo de Garantía y Fomento para las Actividades Pesqueras (FOPESCA), creado en 1988 cuando desapareció la Secretaría de Pesca.
Ramírez mencionó que FIRA no es la que otorga el crédito de forma directa, sino a través de los intermediarios financieros. Es a partir del 2000 que se fueron incluyendo otros intermediarios a fin de poder cubrir proyectos pequeños, ya que muchos de los proyectos que se cubrían eran de gran magnitud.
“Contamos
con más de 100 años de atención en todo el país, así como con una extensa red
de agentes tecnológicos e intermediarios financieros bancarios y no bancarios
para hacer llegar los recursos”, explicó Osvaldo en relación a la forma de
operar de este fideicomiso.
RETOS A FUTURO
Sin duda, para FIRA su principal reto será
adecuarse a las necesidades de productores y empresas. El nuevo modelo de
negocio de FIRA estará determinado por la capacidad transformadora de la
institución para continuar siendo competitiva en el mercado financiero de
productos y servicios en el sector agroalimentario; mantenerse como un
referente sectorial para la toma de decisiones, y proseguir con la tarea de
hacer del extensionismo de los años cincuenta, una filosofía de desarrollo
humano, especializada, innovadora, adaptativa y de amplio alcance, en el marco
de una economía global.