La seguridad en el sector maquilador – en específico, en áreas del territorio nacional con comercio binacional como es el caso de Ciudad Juárez – se ha convertido en un tema crucial para el buen funcionamiento y desarrollo de la industria y las relaciones comerciales del país. La situación económica de una ciudad como la nuestra puede verse seriamente afectada por la inseguridad y la violencia. Por esta razón, la implementación de medidas adicionales de seguridad en la industria es de vital importancia para su supervivencia y debe llevarse a cabo de forma consistente mediante un sistema de inclusión y concientización del personal a todos los niveles. La efectividad o total fracaso de los sistemas radica en el nivel de compromiso del personal hacia el objetivo final: mantener la integridad de la empresa, sus bienes y capital humano.
Si bien no existe una formula universal para la seguridad, la clave radica en mostrar al personal, desde antes de su contratación, la importancia de que las reglas, políticas y procedimientos se cumplan de forma constante y efectiva y que, en caso de de haber una desviación, las consecuencias se aplicarán de forma contundente. El validar referencias, aplicar pruebas, asegurar la integridad del candidato médiate verificación de antecedentes y medidas adicionales, etc., logrará que el personal desde el inicio conozca que la seguridad es importante para la empresa, lo que facilitará el desarrollo de las actividades y aminorará la resistencia al cambio.
Actualmente, los costos que significan implementar esta cultura de prevención son menores – y por mucho – que los costos y consecuencias de no hacerlo. Sin embargo, esta implementación no debe significar esfuerzos ni costos adicionales, sino que idealmente deben volverse parte de la actividad diaria, utilizando para su implementación los recursos ya disponibles y amoldándose a las necesidades y procesos ya existentes en la empresa. El hacer que las adiciones a los procesos de seguridad sean casi imperceptibles al personal por la forma en la que se integran a los sistemas ya existentes, los hace más efectivos.
El tratar temas como la detección de conspiraciones internas, el blindaje del proceso de contratación de personal mediante la aplicación de medidas efectivas y la implementación de pruebas que avalen la eficacia de los sistemas de seguridad, a lo largo del año y de forma continua, son incluidas como parte de las buenas practicas a todos los niveles de la industria. Esto con el objetivo de ayudar a mitigar los efectos de las amenazas a los bienes, servicios y personas, que se viven día a día y que permiten mantener al personal en constante alerta ante cualquier actividad que vulnere la seguridad.
También puede ser de mucha contar con un sistema para recompensar a los empleados que reporten actividades sospechosas. El ofrecerles la oportunidad de denunciar estas actividades de forma que no los evidencie, ya sea mediante una llamada telefónica o bien mediante un buzón de sugerencias, se asegura que el empleado denunciante se sienta seguro y confiado y a su vez motivado de recibir algún incentivo económico.
En conclusión, podemos decir que el personal y
los procesos son la clave del éxito de la seguridad. La tecnología, como
sistemas de circuito cerrado, controles de acceso, etc., son un soporte a estos
sistemas, por lo que sugiero invertir en equipo de calidad, pero sobretodo en
informar y capacitar al personal para que sean la primera barrera que impida
que las variables y amenazas externas vulneren la integridad de la empresa, sus
bienes y su capital humano.
