En la demanda eléctrica que implica el uso y fabricación de aparatos electrodomésticos en México, cada vez son más las empresas que en sus procesos de manufactura, herramientas o diseño, han adquirido compromisos de cuidado ambiental, así como de reducción de gases de efecto invernadero (GEI), rumbo al 2030; la clave para esta industria, entre otras que se han sumado al objetivo, es tener un sistema de almacenamiento eficaz, que permita operaciones incluso ante cortes de servicios.
La directora de desarrollo de negocios para energía e industrias de procesos en Black & Veatch, Romina Esparza, explicó que entre las principales fuentes renovables disponibles en México están las tecnologías eólicas, solar e hidráulica, que implican desafíos, pero a su vez oportunidades, al adaptar su uso con condensadores sincrónicos o baterías de almacenamiento.
En el caso de los condensadores sincrónicos, detalló que son motores que se conectan al principio de la red eléctrica para regular la tensión y potencia en la red, lo que ayuda como generadores rápidos de energía para cubrir fallas de intermitencia.
Entre sus ventajas más relevantes está la capacidad de inyectar energía mucho más rápido, asegurando disponibilidad inmediata por periodos de tiempo más cortos.
Mientras que, las baterías de almacenamiento logran acumular una mayor cantidad de energía que es liberada a la red por tiempo mucho más prolongado y, al hacer uso de esta, generalmente los condensadores sincrónicos no necesitan activarse, puesto que la disponibilidad energética dentro de las baterías es constante.
“Ambos equipos vienen a complementar las exigencias que toda matriz eléctrica 100% descarbonizada requiere para un funcionamiento óptimo, pero, a pesar de su existencia y tecnología de avanzada, la industria carece de proveedores expertos en este tipo de proyectos que aseguren su correcta implementación y puesta en marcha, dados los altos costos que este tipo de proyectos implican no hay cabida para los errores, por lo que contar con un equipo especializado en la materia se vuelve fundamental”, explicó.
Al referirse a los retos de la energía renovable, detalló que, al depender de fuentes naturales, su producción es variable por asuntos como intensidad de vientos, corrientes de agua y condiciones climáticas, lo que podría conllevar periodos de descontinuación, afectaciones a maquinarias o procesos de producción.
“El desafío en materia no es menor, se trata de implementar baterías que permitan contar con mayor disponibilidad de energía, cuando la potencia de cada una de las fuentes de generación no sea capaz de suministrar los kWh necesarios para mantener un servicio estable, ya que cuando se dan este tipo de disrupciones, suele repercutir fallas en cadenas de suministro”, concluyó.