Hasta hace unas semanas María Elena Escárcega desempañaba sus funciones en Genpact Cd. Juárez, ahora lo hace desde Alemania, lo cual se supone un reto, pero también una satisfacción tanto personal como profesional.
Su primer trabajo fue a los 16 años, como empleada de un negocio de renta de videos. Inició en Genpact en 2007, a través de una compañía de servicios de reclutamiento de personal o “headhunter“, en la que se desempañaba como gerente de diseño de soluciones. A partir de entonces, su crecimiento en la compañía ha sido notable; los puestos que ha tenido bajo su responsabilidad han sido asistente de contabilidad, auditor interno, agente de viajes, gerente comercial, gerente de compras tecnología para las Américas, líder de tecnología para América Latina, gerente de operaciones de tecnología para América, Europa y el sur de África.
Actualmente, como vicepresidenta global de operaciones tecnológicas, María Elena Escárcega tiene la función principal de mantener los sistemas operativo de Genpact estables, seguras y disponibles las 24 horas del día, los siete días de la semana. Tiene a su cargo alrededor de 150 personas por todo el mundo. La manera de motivarlos es converger las metas del puesto con las aspiraciones profesionales y de crecimiento del empleado.
Para la egresada de la Licenciatura en Administración de Empresas por el Instituto Tecnológico de Ciudad Juárez, la motivación para trabajar de manera incansable, como lo ha hecho hasta el momento, es un reto personal: “El reto de representar a la mujer en un área tradicionalmente dominada por hombres dentro de un ambiente laboral multicultural altamente competitivo“, explicó.
María
Elena considera que trabajar en Genpact le ha dejado dos aprendizajes: el poder
de creer en uno mismo y ser resiliente. Sobre la primera comentó lo siguiente: “Enviar
mensajes positivos y de autoconfirmación personal es una herramienta muy poderosa
que me ha llevado a escalar jerarquías en la organización“. Respecto a la
segunda detalló lo siguiente: “No desistir a la primera embatida o fracaso,
sino aprender de lo vivido y ajustar continuamente las velas durante el viaje“.
Por
último, expresó que su meta es contribuir con su conocimiento al desarrollo
personal y profesional de otras personas, especialmente de la mujer juarense.
