Transformación digital es un término que implica hacer uso de la tecnología para impactar en la experiencia de los clientes y los usuarios; mientras que las nuevas herramientas aprovechan las fuentes de datos son utilizadas para tomar decisiones clave.
Para Glauco Lima, líder de Desarrollo de Negocios de Conectividad para Spanish LATAM de Orange Business Services, esta transición incluye cambios profundos en los procesos de negocio, a nivel operacional, para ofrecer mayor eficiencia, agilidad y empoderamiento de las personas y las empresas.
Según cifras de IDC, en América Latina para el 2024 más del 40% de todo el gasto en tecnologías de la información y comunicaciones (TIC) se destinará directamente a la innovación digital (frente al 20% en 2018), creciendo a una tasa compuesta anual del 22%.
El especialista aseguró que la digitalización no se limita a ser simplemente un hecho; requiere modificaciones en procesos, cultura y tecnología. La red es la responsable de conectar todos esos elementos, es la base del cambio. Por ende, el éxito de la transformación digital radica en renovar la red como primera medida.
Pero para llevar esto a cabo, existen cinco pasos previos que son para todo tipo de organización:
Visión
Definir una visión de hacia dónde se quiere llegar resulta clave. Hay que pensar cuáles son los “gaps” para que la red siga soportando los objetivos estratégicos de la empresa. El movimiento al cloud trae desafíos de conectividad, seguridad y gestión que necesitan ser pensados de antemano.
Los colaboradores y todos los miembros de la empresa deben ser capacitados, alentados y tener acceso a toda la información en cuanto a nuevas adopciones por parte de la compañía.
“Un cambio o transición exitosa no funciona si los equipos no están avanzando hacia el mismo objetivo, siempre siendo liderados por el departamento de IT”, dijo.
Auditoría
Para implementar una nueva red corporativa es importante contar con una auditoría completa. El objetivo es crear un baseline. Esto incluye relevar la infraestructura local existente en centros de datos, sitios industriales, grandes oficinas, sucursales y ubicaciones físicas disponibles.
También, se debe incorporar una lista de toda la conectividad WAN, como MPLS y conexiones de Internet dedicada y banda ancha. Los departamentos de IT buscan tener un inventario actualizado, pero la realidad es que la única forma de asegurarse eso es realizando una auditoría exhaustiva.
En la auditoría, uno de los puntos clave es conocer cuáles son las aplicaciones importantes para el negocio, quién las utiliza y dónde están ubicadas. Esto soportará el diseño de la red digital, así como la creación de una estrategia de Application Performance Management (APM).
“Estas tareas es mejor que sean dirigidas por el equipo interno de IT, pero ejecutadas por proveedores de servicios externos. Ellos no harán suposiciones, y también tendrán las herramientas adecuadas para la ejecución”, aseguró.
Placement
Cada servicio de IT brindado debe ser analizado, siendo el principal objetivo ofrecer una experiencia mejorada al cliente final. Además, la evaluación necesita ahondar en qué funciones son fundamentales para el negocio, cuáles deben continuar manejándose in-house y cuáles se pueden delegar en proveedores externos.
Las tareas internas a menudo se pueden personalizar y modificar rápidamente a medida que las condiciones comerciales cambian. Un buen ejemplo aquí son los servicios de voz y colaboración para toda la empresa. En la mayoría de las organizaciones que trasladan estos servicios a un proveedor SaaS como Google o Microsoft va a hacer mucho sentido.
Muchas de las tecnologías de la información tradicionales ahora pueden ser proporcionadas por un proveedor de servicios gestionados o MSP. Éstas pueden ser monitoreadas y supervisadas por IT, pero esas funciones subcontratadas requerirán menos recursos, liberando al personal para proyectos que son más impactantes para el negocio.
Seguridad
Toda empresa debe asegurarse de que éste vaya en línea con su plan de continuidad de negocio, incluyendo la estrategia de seguridad. Es crucial evaluar las posibilidades de que el cambio de tipo de red provoque una interrupción importante no planificada. Para eso, hay que planificar las transiciones de forma organizada y escalonada para mitigar los riesgos.
En el aspecto de seguridad, la organización necesita tener claro que los procesos, procedimientos y controles establecidos se pueden implementar en la nueva red, de manera de garantizar el nivel requerido de continuidad para la seguridad de la información durante una situación disruptiva.
Priorización de proyecto
El último paso, es evaluar y priorizar los proyectos de IT, teniendo en cuenta elementos como riesgo, costos y velocidad de finalización. La transformación de la red debería comenzar en aquellas áreas de la empresa que se diagnostican como de máxima prioridad, o también donde haya mejor relación costo/beneficio (los “quick wins”).
“Gran parte del proceso de digitalización institucional requiere de una conectividad avanzada y capas de seguridad proporcionadas por una red transformada”, concluyó.