Dentro de la industria automotriz, la fabricación y adquisición de vehículos eléctricos e híbridos está en una franca expansión en toda Latinoamérica. De acuerdo con el portal Deutsche Welle (DW), las estadísticas muestran que solo en 2021 se matricularon más de 118,000 vehículos de este tipo en la región (más de 100% respecto a 2020). Colombia va a la cabeza en movilidad sostenible, con casi 1,300 autos eléctricos matriculados, seguido de México y Chile, mientras que en Ecuador las ventas aumentaron 315.8% en 2022, respecto al primer trimestre de 2021.
Por su parte, México encabeza las ventas de vehículos híbridos, con un total de 35,911 de vehículos híbridos regulares y 2,500 híbridos enchufables, también en 2021, según Statista. De aquí, un incremento en la posesión de vehículos totalmente eléctricos solo es cuestión de tiempo.
La movilidad eléctrica ya se ha puesto en marcha en América, con lo que también aumenta a pasos agigantados la producción, lo que abre las puertas a un creciente número de empleos en el sector. Trabajar en la industria automotriz tiene tantas satisfacciones como riesgos, por lo que es indispensable tener protocolos y medidas de seguridad que protejan a quienes trabajan en ella.
Por ejemplo, quienes laboran en el taller de prensado, carga y descarga de prensas, así como en montaje de motores se exponen a cortaduras con bordes afilados o a resbalar en superficies aceitosas y resbaladizas; mientras que quienes trabajan en chapa y pintura tienen contacto con calor y exposición a polvo, solventes, pintura en aerosol y otras sustancias tóxicas; por su parte, los trabajadores de ensamblado final y logística se exponen a impactos, contacto eléctrico, bordes afilados y suciedad.
Para trabajar con seguridad, la empresa DuPont expresó a través de un comunicado que es importante no solo estar capacitados en el manejo de las maquinarias y los procesos de producción, sino también usar correctamente los equipos de protección personal (EPP) adecuados que cumplan con las normativas de seguridad, mismos que incluyen guantes, calzado, mascarillas y un traje cómodo, ligero y transpirable, no demasiado holgado o que tenga partes sueltas que puedan ser atrapadas por las máquinas.
Estos trajes, además, deben ser repelentes a líquidos y aerosoles, permeables al aire y al vapor de agua, y presentar una barrera contra fibras y partículas finas.
Las prendas DuPont Tyvek 500 tienen todas estas características, incluso impiden el paso a partículas de hasta 1.0 micras de tamaño, con lo que ofrecen la máxima protección contra cada tarea durante el proceso de fabricación de un vehículo.
Aunque la producción de vehículos eléctricos en América Latina aún está lejos de la de China, Europa y Estados Unidos, se espera que siga creciendo de manera constante y hasta exponencial. Ya que el sector del transporte es una de las principales fuentes de emisiones contaminantes, promover la expansión de la movilidad verde en nuestro continente ofrece muchos beneficios, entre los que destacan la reducción de emisiones de carbono, la mejora de la calidad de aire y de la salud pública.
Para lograrlo, es necesario impulsar políticas públicas (estímulos tributarios) e implementar infraestructura (despliegue de redes de carga), a manera de incentivos para todos aquellos que deseen tener vehículos eléctricos y colaborar con la sostenibilidad de Latinoamérica.
Sin embargo, no solamente los usuarios y el gobierno deben ser los guías del cuidado del ambiente, las empresas deben empezar a enfocar sus acciones al cuidado del planeta. De esa manera, “los vehículos eléctricos son una oportunidad para los sistemas de movilidad sustentable en las ciudades para reducir la contaminación atmosférica que afecta la salud pública y el fenómeno del cambio climático”, cita el gobierno de México.
Por esa razón, DuPont le interesa ser partícipe en la industria de los automóviles eléctricos al crear EPP adecuado para los fabricadores.
