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Autos eléctricos ¿Cómo entrar a su cadena de proveeduría?

Víctor Vázquez.
Abril 01, 2022

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Norteamérica es uno de los mercados de mayor crecimiento para los vehículos eléctricos (VE). Tan solo en 2020, en plena pandemia, el alza en el consumo de estas unidades fue del 4% en dicha región, informó Carlos Meneses, coordinador del programa automotriz en la Fundación México-Estados Unidos para la Ciencia (Fumec).

Por ello, urgió a las empresas mexicanas, proveedoras de OEM y Tier 1 en la región a prepararse para abastecer al mercado de VE.

“Esta tendencia de adopción en términos de consumo de los autos eléctricos es muy fuerte en los mercados de Norteamérica, de Europa y de Asia. Afortunadamente, estamos pegados a uno de ellos. Ya han visto la iniciativa de la administración Biden de impulsar el uso de este tipo de autos, desde el uso gubernamental, hasta el uso privado”, destacó el especialista durante la presentación del estudio Los vehículos eléctricos y el futuro de la cadena de valor automotriz en México. Dinámica de exploración de nuevos requerimientos de proveeduría automotriz de la región.

 

CADENAS DE SUMINISTRO

Norteamérica, indica el referido estudio, tiene instalados (al 2020) 100,000 puntos de carga para automóviles eléctricos, destina 2.2 billones de dólares en inversión para tecnologías de VE y tiene el 26% de este mercado mundial. 

“Se calcula que para 2024 va a haber un cruce en los costos de los autos convencionales y los autos eléctricos. A partir de ese punto, se van a equilibrar los costos, después van a empezar a ser más baratos los autos eléctricos. El costo total, de mantenimiento, combustible, el coche eléctrico en sí, va a ser más atractivo, sin necesidad de mayores apoyos. Eso va a despegar más rápido el consumo (de VE). Hay que prepararnos para esto”, subrayó Meneses.

Esta irrupción en el mercado no solo cambiará el hábito de los consumidores, también transformará las cadenas de suministro. Por ello, el representante de la Fumec instó a las empresas de autopartes en México a que sepan “dónde están parados”.

“Un auto convencional, de combustión interna, tiene más de 100 partes móviles. Evidentemente tiene su motor, su clutch, la trasmisión, el escape, los frenos, los turbocargadores, mangueras, bombas, tanques de gasolina, etc. Todo lo que mencioné, en el auto eléctrico prácticamente desaparece, salvo muy pocas cosas. Realmente quedan tres elementos principales: la batería, el motor y el inversor, que controla al motor eléctrico”.

Los cambios incluyen nuevos sistemas de baterías, “la dinámica de potencia cambia, se reducen los componentes, los diseños. En términos de fabricación, la vuelven más rápida y hay mucha más flexibilidad”.

Las estructuras de los vehículos también sufren cambios significativos, continuó el ponente. “Se le dice adiós al motor, adiós al radiador, adiós a todo lo que estaba enfrente. La parte estructural, que se va convertir todo en aluminio. Hay frenos, amortiguadores, pero se reduce mucho la cantidad de componentes. Ahí está el cambio. Hay que pensar todo el tiempo: ¿en dónde estoy parado?, ¿qué surto y qué puedo surtir?”. 

 

FABRICANTES

La forma en que se arman los vehículos también está impactando a las cadenas de valor.

“Los fabricantes de equipo original estaban acostumbrados a altos volúmenes, [a imponer] barreras de entrada, a megafábricas de zonas geográficas completas […], pero de pronto llegan una serie de competidores como Lucid, Rivian, Canoo, Nikola, Arrival… que traen un estilo que no es automotriz, que es totalmente tecnológico, de electrónica, de computación y reinventan el tema del auto. Se vuelve una especie de robot y de computadora, poderosísima, sobre ruedas”. 

Estas compañías disruptivas han generado ecosistemas de proveeduría distintos, con centros de manufactura cercanos a los mercados de consumo y nuevos suministradores y materiales para la industria automotriz.   

Ante ello, recomendó el experto, las empresas mexicanas deben estar en contacto directo con sus clientes, así como con organizaciones y clústeres del sector, que les permitan atender los cambios en el corto plazo.

“[Para México, el] mercado va a ser Tier 1, empresas que posiblemente ya evolucionaron y nos van a pedir cosas nuevas, laminados más delgados, menos pesados, las famosas carcasas. Vienen otros materiales, materiales compuestos, fibras de carbono. La gente que estaba fabricando diferentes aplicaciones de fibras de carbono para el sector aeroespacial puede, en un momento dado, entrar en esta cadena”.

Asimismo, Carlos Meneses apuntó a los centros de investigación y diseño mexicanos que, si bien no desarrollarán baterías o motores, tienen potencial para diseñar interiores, partes eléctricas, electrónicas y de aire acondicionado, por mencionar algunos rubros.


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