Juan Pablo Pereyra es un ferviente creyente
de que la actitud es el ingrediente más importante para construir el camino al
éxito. A los 22 años se enfrentó a la pérdida de la vista, lo cual, comenta, no
lo ha frenado en sus sueños y ambiciones tanto personales como laborales.
Aunque es ingeniero petrolero de profesión,
Juan Pablo regresó a la universidad en lo que define como la “segunda parte” de
su vida, para graduarse como licenciado en mediación lingüística; después cursó
una maestría en análisis y gestión de desarrollos y un doctorado en
responsabilidad social corporativa.
“Soy de la idea de que puedes tener un
doctorado, maestría o lo que quieras, pero si no tienes actitud en la vida
prácticamente no vas hacia adelante”, afirmó.
Originario de Italia, Pereyra llegó a
Guadalajara hace un lustro debido a la familia de su esposa. Inmediatamente se enroló
como catedrático en el Tec de Monterrey campus Guadalajara, como parte del
departamento de Emprendimiento e Innovación.
“Estoy decido a abrir una consultoría de
inclusión de personas con discapacidad en las empresas. Es por este medio que
conozco a Continental, porque en esta parte de la consultoría doy conferencias
y talleres de sensibilización, capacitación, formación, incorporación y
seguimiento. Ahí fue que me invitaron para ser consultor en temas de
discapacidad para Continental”, compartió.
Actualmente se desempeña al interior de la
unidad de negocios de la planta Periférico de Continental, como coach de
manufactura para proyectos especiales. “Me dedico a toda la parte de
capacitación y formación de los procesos para supervisores y operadores en la
parte de producción. También colaboro bastante con el área de Recursos Humanos,
con temas de capacitación continúa para los operadores y en el Continental
Business System (CBS), que es el sistema Continental de mejora continua”, dijo.
Asimismo se involucra con las diferentes
plantas de la compañía alemana en la parte de socialización, accesibilidad,
diversidad e inclusión. Desde su inserción a Continental en 2016, la empresa ha
aprendido y se ha ido adaptando a las necesidades de Juan Pablo.
“Mi reto es crecer en la compañía porque
desde que llegué supe que aquí me quería quedar hasta jubilarme. En este
momento estoy en la curva de aprendizaje”, comentó. Si bien acepta que nunca se
ha considerado un ejemplo para sus colegas, si busca ser una persona de
referencia. “Yo siempre digo que no soy el mejor pero que no hay nadie mejor
que yo. Parto de esa actitud para levantarme en la mañana y salir a trabajar;
si no, no podría hacer lo que hago el día de hoy”.
Juan Pablo Pereyra lamentó que sean pocas las
empresas que abran espacios a personas con discapacidad. Sin embargo, confió en
que, con las políticas publicas adecuadas, este hecho pueda cambiar
radicalmente. “La discapacidad es un problema de todos, no solo mío. Hay que
estar preparados y comenzar a abrir las puertas para hacer las estructuras. La
industria puede hacer esto; no se debe ver a la persona con discapacidad como
un problema, sino como un activo”, finalizó.