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Académicos de la UdeG utilizan compuestos naturales para crear bioplásticos

Febrero 01, 2019

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Alumnos e investigadores de la Universidad de Guadalajara (UdeG) del departamento de Madera, Celulosa y Papel, preparan nuevos materiales bioplásticos desde la nanotecnología forestal.


 


Se crea a través de películas biodegradables creadas a partir de un biopolímero, que es almidón de maíz, y el reciclaje del cartón de embalaje; dando por resultado un bioplástico que podría ser una alternativa de uso a los plásticos sintéticos y con ello disminuir daños al medioambiente.


 


Hace poco más de un año que la estudiante del Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías (CUCEI), Magdalena González Pérez y la académica del mismo plantel, María Guadalupe Lomelí Ramírez, modifican la química del almidón con el objetivo de mejorar su resistencia y absorción ante la humedad.


 


La estudiante de la maestría en Ciencia de Productos Forestales del CUCEI, Magdalena González, explicó que si bien hay estudios sobre los almidones, pero no de una manera sustentable, mezclándolo con químicos de grado alimenticio, solubles en agua y no se emplean solventes tóxicos, de esta forma redujeron la cantidad de contaminantes para procesarlo.


 


El proceso es por medio de la combinación de la fécula de maíz y el agua. Con temperatura y agitación forman un gel; le adicionan un plastificante para que la película tenga flexibilidad y son evaluados otros aspectos como el blanqueo de fibras, buscando mejorar las propiedades.


 


De acuerdo con los estudios una película de almidón sin refuerzo tiene aproximadamente cinco megapascales de resistencia a la tensión, y al incorporar el refuerzo se eleva hasta 14 aproximadamente; en tanto que un plástico convencional posee de 10 a 25 de resistencia.


 


“Al incorporar entrecruzante y refuerzo es aún mejor, porque con el primero lo que hacemos es que las cadenas de almidón se unen y forman una red tridimensional, y cuando incorporamos las microfibras le dan elasticidad y resistencia”, detalló González Pérez.


 


Además en la misma investigación se ha comprobado que la adición de fibra disminuye la absorción de humedad y no pierde sus propiedades biodegradables.


 


Los resultados muestran que el material posee propiedades únicas y aceptables, pudiéndose usar en empaques o recubrimientos de alimentos secos. Aún se requiere más estudio para definir su uso y la manera como se va a escalar de laboratorio a la industria.


 


Por su parte la doctora en ingeniería Forestal por la Universidad Federal de Paraná, Brasil, María Guadalupe Lomelí considera que el nuevo material con almidón y microfibras parece prometedor.


 


“El material sigue siendo biodegradable, la nanocelulosa; estamos aprovechando un residuo, que es el de las cajas de cartón y es reciclable también, el cual para procesarlo necesitamos poco material; la cantidad de refuerzo que ponemos para tener buenas propiedades es menor, y estamos contribuyendo a la ciencia sobre la nanotecnología forestal”, concluyó.


 



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