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Gumaro Bracho De autoridad a liderazgo; necesidad urgente de negocios

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Gran parte de los colaboradores dentro de las empresas, principalmente en la industria, pertenecen a una generación diferente a la de sus jefes y aunque siempre ha sido así, el choque generacional en la actualidad rompe con todo lo establecido anteriormente, lo que antes funcionaba ahora no.


Las generaciones actuales no fueron educadas para reconocer la autoridad, han sufrido la desintegración de la familia como la conocíamos comúnmente. Padres trabajando, viviendo en diferentes ciudades, padres solteros, divorcios o padres muy jóvenes.


Esta situación se agrava cuando agregamos internet y todas las tecnologías disponibles, las cuales permiten tener acceso a información que en muchos casos utilizan para cuestionar y retar a la autoridad.


Cuando estas generaciones crecen e incursionan en el mundo laboral, les es difícil reconocer y respetar posiciones de autoridad, no están educados ni acostumbrados; todo lo contrario.


Por necesidad y con urgencia, debemos reconocer que nuestra posición laboral no nos otorga autoridad ante las nuevas generaciones, pero el liderazgo sí. A un líder se le respeta, se le sigue y se le aprecia, otorgándole voluntariamente autoridad, no por su posición, sino por su forma de ser para empoderar a otros y sacar lo mejor de ellos ante los retos del día a día.


Un líder tendrá influencia positiva en su entorno general, sin importar a que generación pertenezcan quienes lo rodean y su influencia tampoco dependerá de la posición laboral que ostente.


Actualmente, aquella persona con autoridad, está obligada a cambiar la percepción sobre su rol y evolucionar a figura de liderazgo, convertirse en persona de cambio, solucionadores de problemas, dispuestos a seguir aprendiendo, a reconocer errores y aceptar nuevas ideas, a proponer y no imponer, a empoderar y no humillar, a ser empáticos, a escuchar más que hablar y principalmente reconocer la grandeza en otros, para así, poderlos llevar a un nivel más alto y obtener resultados.


El reto es bajarnos de la posición de autoridad, poner los pies sobre la tierra como líderes responsables del crecimiento de otros y otorgar resultados que lleven a tu equipo, área y empresa al siguiente nivel. No somos los culpables de la situación, pero sí los responsables de mejorar y el primer paso es tomar la decisión de hacerlo.


Fácil no es, pero la recompensa lo vale.


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