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Volvo busca reducir sus emisiones de CO2

Elenne Castro.
Abril 22, 2021

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Volvo Cars tiene como objetivo un ahorro anual de 1,000 millones de coronas suecas (aproximadamente 118,612,000 de dólares)  y una reducción de 2,5 millones de toneladas en las emisiones de carbono (CO2) a partir de 2025 utilizando principios comerciales circulares.

Para respaldar esta misión a largo plazo de la compañía de convertirse en un negocio circular para 2040, creará bucles de material cerrados para materiales con emisiones pesadas como el acero y el aluminio, así como la remanufactura, reparación, reutilización y reacondicionamiento de piezas.

Anders Kärrberg, director de sostenibilidad global de Volvo Cars, declaró que la compañía tiene uno de los planes climáticos más ambiciosos de la industria automotriz y quieren alcanzar sus objetivos de adoptar la economía circular.

“Esto nos obliga a repensar todo lo que hacemos y cómo lo hacemos. Ponemos un fuerte enfoque en integrar la sostenibilidad en la forma en que pensamos y trabajamos como empresa, y lo estamos haciendo tan importante como la seguridad siempre lo ha sido para nosotros”, dijo.

Para convertirse en un negocio circular en 2040, Volvo Cars está convencido de que todas las piezas de sus automóviles deben diseñarse, desarrollarse y fabricarse para ser utilizadas y reutilizadas, ya sea por la empresa o sus proveedores.

Al centrarse en la eficiencia de los recursos y retener el valor creado en los materiales y componentes durante el mayor tiempo posible durante su ciclo de vida, la empresa quiere optimizar el uso de materiales, componentes y automóviles y eliminar el desperdicio en el proceso, esto conducirá a ahorros financieros y nuevas fuentes de ingresos, además de reducir significativamente su impacto ambiental.

Volvo Cars ya refabrica piezas como cajas de cambios y motores para hacer un mejor uso del material y reducir las emisiones. En 2020, se remanufacturaron alrededor de 40.000 piezas, ahorrando casi 3.000 toneladas de CO2. Para 2025, apunta a más del doble de su negocio de refabricación. 

Para garantizar que el material valioso se pueda mantener en circulación, la empresa recicló el 95% de sus residuos de producción el año pasado. Esto incluyó 176,000 toneladas de acero, evitando la generación de cerca de 640,000 toneladas de CO2.

En 2020, la compañía se convirtió en miembro de la Fundación Ellen MacArthur, que es la red de economía circular líder en el mundo.

Joe Murphy, líder de red de la Fundación Ellen MacArthur, manifestó que es muy alentador ver el vínculo que se establece entre las soluciones circulares, la estrategia comercial y la reducción de las emisiones de carbono con la metodología que implementa Volvo

“La economía circular ofrece a las empresas un marco para un crecimiento viable a largo plazo que también beneficia a la sociedad y al medio ambiente”.

Los nuevos modelos comerciales, como dar una segunda vida a las baterías de los vehículos eléctricos, son importantes desde una perspectiva comercial circular. Al usar baterías en aplicaciones de almacenamiento de energía fuera de los automóviles, se pueden obtener nuevas fuentes de ingresos y ahorros de costos al tiempo que se extienden los ciclos de vida de las baterías.

Junto con proveedores y socios, Volvo Cars está explorando el potencial en aplicaciones de segunda vida para sus baterías de alto voltaje. Un ejemplo actual es la colaboración con BatteryLoop, empresa del grupo Stena Recycling que reutiliza baterías de la industria automotriz.

Ambas compañías utilizan baterías de automóviles electrificados para un sistema de almacenamiento de energía con energía solar. A partir de abril, el sistema alimentará estaciones de carga para automóviles y bicicletas eléctricas en el centro de negocios de Essity en Suecia.

En un proyecto similar, Volvo Cars, Comsys AB y Fortum, participan en un proyecto piloto comercial. Su objetivo es aumentar la flexibilidad de suministro en una de las instalaciones hidroeléctricas de Fortum en Suecia y, al mismo tiempo, contribuir a una segunda vida útil para las baterías de los vehículos eléctricos. 

Los paquetes de baterías de los coches híbridos enchufables servirán como una unidad de almacenamiento de energía estacionaria, lo que ayudará a suministrar los llamados servicios de "equilibrio rápido" al sistema eléctrico.

A través de estos proyectos, Volvo Cars está investigando cómo envejecen las baterías cuando se reutilizan en aplicaciones de segunda vida que tienen ciclos significativamente menos agresivos en comparación con el uso en automóviles.

También permiten a la empresa obtener más conocimientos sobre el valor comercial de las baterías después de su uso en automóviles e identificar posibles flujos de ingresos futuros.


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