Por: Armando Cortés Galicia, director general de la Industria Nacional de Autopartes
La industria de autopartes en México vive un momento histórico, no solo por la apuesta hacia soluciones de movilidad más limpias, sino por el máximo histórico en producción de autopartes que alcanzaremos a finales de este año. En la INA, las estimaciones indican que se alcanzará 116,000 millones de dólares en producción de componentes para vehículos, al cierre de 2023. Esta cifra nos ubica como el cuarto productor a nivel mundial, tan solo por debajo de China, EE.UU. y Japón.
Varios hechos nos han permitido estar en este panorama favorable. Primero, el gobierno de Estados Unidos busca crear cadenas de suministro más fuertes y resilientes, promoviendo inversiones en la región en tecnologías relacionadas con nuestra industria, como los semiconductores, que serán clave para mantener el liderazgo de Norteamérica hacia el futuro. Asimismo, la legislación Inflation Reduction Act propone brindar distintos incentivos en favor de la adopción de vehículos eléctricos, donde se incluyen a los dos miembros del tratado (Canadá y México).
El segundo punto que nos ha permitido crecer es la inversión extranjera directa en nuestra industria. El Banco Interamericano de Desarrollo pronosticó que México será el gran ganador de América Latina dentro del nearshoring, gracias a ventajas competitivas como su geolocalización, talento humano capacitado y complejidad productiva. En dicho documento se señala al sector automotriz y de autopartes mexicano como uno de los grandes ganadores del nearshoring, lo cual hemos podido constatar, ya que la Secretaría de Economía anunció a principios de julio de 2023 que el sector automotriz ocupa el primer lugar en atracción de inversión extranjera directa y el de autopartes, el cuarto lugar.
El tercer punto es nuestro mercado de exportación. Contamos con una cadena de suministro fuerte que es una pieza clave para la industria automotriz, no solo de Norteamérica, sino del mundo. De hecho, somos el proveedor de autopartes más importante para el mercado estadounidense.
¿Qué podemos hacer para que este panorama favorable se mantenga hacia futuro? Sin duda, la clave está en el capital humano. Necesitaremos trabajar más de cerca con la triple hélice (sector privado, público y academia) para cubrir las necesidades de esta creciente producción, pero también de la demanda que habrá en talento especializado en la producción de nuevas tecnologías. Esto nos permitirá seguir fortaleciendo el papel estratégico de México como un referente para la industria automotriz… y, por qué no, ser el país líder a nivel global en un futuro no muy lejano.