Hay que ver ambos lados de la balanza en lo que al Tratado de Libre Comercio concierne y más ahora con el acuerdo hecho en agosto de 2018.
Dentro de la
negocicación como tal -y que puede diferir mi comentario de muchos- creo que
existen cosas que México cedió de más; este es el sentir de muchas personas
involucradas en este ámbito que pudieron observar lo que acontecía -a reserva
obviamente de revisar el texto final del acuerdo- para poder conocer aquellos
detalles finos que existen en el mismo.
Definitivamente, las cosas positivas son que se lograron avances importantes en relación a temas sanitarios y fitosanitarios, procedimientos aduaneros, propiedad intelectual, pymes; que ya tedrán un reconocimiento a nivel del Tratado. También lo relacionado con telecomunicaciones, servicios financieros, medidas anticorrupción y comercio electrónico; aspecto que no existía cuando surgió el TLCAN.
Todo esto se incorporó a esta nueva versión y es bueno; de hecho México siendo uno de los países que ha firmado más Tratados y que cuenta con los negociadores más experimentados en el tema, con otros Tratados habíamos hecho cosas distintas que con el TLCAN. Un ejemplo por mencionar es el de Europa, que tenía aspectos que el TLCAN no tiene y el TTP tenía cosas que el de Europa no tenía, y curiosamente o paradójicamente Estados Unidos se había opuesto al TTP; pero muchas cosas que aparecen en el TTP ya están incluidos ahora en este nuevo acuerdo bilateral.
En lo particular, las cosas que no me dejan satisfecho -y no solo a mí, sino a muchas personas-, es el tema del capítulo 19 relacionado con Solución de Controversias en el cual Estados Unidos impulsaba fuerte su eliminación, y lejos de haber sido paneles internacionales o trinacionales quienes resolvieran las controversias; todos estos temas se llevarán a las cortes locales -y más en específico- a las cortes de Estados Unidos; esto iba a dejar un sabor de desventaja, pues al no existir una controversia, se iba a ser juez y parte en la misma; aspecto que nunca terminó por convencer a México y Canadá. El anuncio que se hizo, fue que hubo un entendimiento en este capítulo y hubo una modificación al mismo; sin embargo, aún los detalles no han sido publicados, pero considero que este mecanismo de paneles nos daba la oportunidad que antes una disputa la interacción fuera justa, donde existiesen jueces de las tres partes y analizara las cosas desde una óptica imparcial.
Otro tema fuerte es el de la reglas de origen del sector automotriz, ya que está bien que se haya incrementado el contenido nacional del 62.5% al 75%, eso quiere decir que para ser un vehículo originario se necesitarán más partes de Estados Unidos y de México; está bien que se haya eliminado el requerimiento que indicaba que querían que un 50% fuera de Estados Unidos; sin embargo, la parte que va a dificultar mucho el proceso es la condición que indica que entre el 40% y el 45% del contenido se manufacture en países en donde los obreros
-asociados a la producción de este producto- ganen 16 dlls la hora. Esto será la parte difícil para las empresas mexicanas.
El secretario de Economía de México, ildefonso Guajardo mencionó que esto no es un problema, ya que supuestamente esta dependencia tiene conocimiento de que el 70% de las empresas mexicanas ya cumplían con este requisito.
Las empresas al final del día son negocios, y la industria automotriz en particular de todas las empresas manufactureras que están intaladas en México- son las que más avanzadas están en procesos y tecnología, son de las primeras que llegaron a México y ese sector es altamente automatizado.
Estas empresas no tienen temor de convertir un proceso que lo ejecutaban 25 obreros, a modo automatizado y robotizado; sucede actualmente y muchas fábricas por ejemplo instaladas en Puebla o Ramos Arizpe, tienen parte de sus procesos altamente automatizados y robotizados; este es el riesgo que veo; si en aquellos procesos donde por esta cláusula que dice que los obreros deben ganar 16 dlls la hora conviene más sustituir esas labores por un robot, las empresas lo van a hacer y así ya no estás obligado a cumplir con ese contenido regional de trabajadores porque simplemente ya no los van a tener las empresas.
Sin embargo, hay que revisar bien los detalles en relación a lo que se refieren con mano de obra, en caso que se trate de la mano de obra directa.
Me imagino debe ser difícil estar en estas negociaciones, pero creo que México cedió mucho y dejó fuera de la mesa acuerdos que pudieron haber sido logrados para el país.
Por ejemplo, recientemente Trump impuso tarifas al acero mexicano; esas tarifas aún existen y van a persistir, la idea que se tenía era que al llegar México a un acuerdo con Estados Unidos esas tarifas serían eliminadas, pero hasta hace algunos días se dijo que eventualmente se quitaría, sin especificar cuándo ni cómo se quitarían.
Hay quienes
dicen que ya con este acuerdo (un acuerdo en desacuerdo), ya se genera
certidumbre; yo no sé, si necesariamente concuerdo con ese comentario, y lo
digo porque viendo los aspectos legales y técnicos de las cosas cuando se
originó esto, el Senado de Estados Unidos autorizó al presidente Trump
renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte de manera
multilateral o trilatera, y lo que se anunció hace días fue la creación de un
acuerdo completamente diferente y bilateral entre México y Estados Unidos.
Eso para efectos legales en Estados Unidos puede que no proceda si el Senado aclara que la autorización fue para renegociar el acuerdo existente entre las tres partes, nunca para hacer un acuerdo completamente nuevo solo con México. Es por esto que no existe seguridad en la certidumbre de este acuerdo, ya que se corre el riesgo de que cuando se envíe al Senado de Estados Unidos sea rechazado precisamente por esta razón.
“Hay cosas buenas, y hay cosas que tal ves no eran lo que deseábamos; que nos va a poner más desafíos, sí; pero creo que cuando se refiera al comercio internacional de la industria mexicana en los últimos 20 o 15 años; es importante recordar que cada cierto tiempo nos vemos desafiados por cuestiones diversas de las cuales siempre hemos salido avantes”.
Es
importante también conocer todos los puntos de vista y opiniones diversas, y es
también importante destacar la participación de Luis De la Calle, uno de los
negociadores originales del TLCAN en 1994.
